Así huele la libertad.

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Estaba emocionada. Las pocas cosas que había dejado Glimmer en mi departamento estaban siendo retiradas por agentes de mudanza. No renunció al hospital, era claro que no lo haría, necesitaba vivir en la misma ciudad que yo por cuestiones de los niños y su ego inflado. Aunque para ser sinceros, no duraría mucho en Nueva York. Supe que tenía ofertas de varios hospitales del país debido a que nuestro divorcio sí había sido parte del periódico de algunas ciudades importantes.

Los encabezados dejaban mucho que desear, pero lo importante es que la vida comenzaba a premiar el hecho de haber aguantado tanto tiempo a esa mujer.

Adam decidió que era buen momento para ocultarse y regresó a Inglaterra, solo no supimos exactamente a donde.

-Veo tu carita emocionada y me emociono contigo, Adora. Todo esto que pasó tras el divorcio y mira –Me mostraba la hoja donde salía la nota de mi divorcio. – “Pareja de médicos lesbianas decide separarse”. Es importante que se centren que son lesbianas. Porque es necesario decirlo para reafirmar que es más importante su orientación sexual que su profesión. Glimmer no me caerá muy bien… la odio, pero es una diosa en pediatría.

-Mara, basta de sarcasmo. Entiendo que no estés súper contenta con esto y que sea difícil para ti estar casada con Hope y no conmigo…

-Eres una imbécil. Hope está a 3 palabras de arrancarte la cabeza con los dientes, lo sabes. No es que no te soporte, es que hablas mucho, lloras mucho y le cargas la mano en el trabajo. Solo es tu jefa de cirugía general.

-Me ama, de eso estoy segura tanto como que ocupará mi lugar algún día.  Por cierto, ahora que el lobo no está en casa y los niños le estarán dando guerra a Hope, necesito tu ayuda. Este departamento de dos habitaciones pronto nos quedará pequeño. ¿Crees que tu hermana pueda conseguirme una casa cerca del hospital? Estoy dispuesta a pagar lo que sea. También necesito que alguien rente esta mierda.

Mara no se llevaba mucho con su hermana Spinnie, eran polos opuestos.

-Puedo intentar que no me golpee en la cara por esta ocasión. Por cierto, ¿Catra ya sabe de tu divorcio?

-Desde ese mensaje hace 11 días, no he sabido nada de ella. He mandado mensajes y eso, pero no me responde y las llamadas caen directo al buzón. Quizá destruyó su teléfono y con el, mi corazón.

-O quería dejarte sola por unos días. ¿Crees que sea tan malvada como para hacer que te divorciaras, le declararas tu amor y luego abandonarte?

-Es lista. No creo que esa sea la razón… espero que no sea la razón.

No me había puesto a pensar en que tal vez no quería verme o algo así. Sí tenía miedo de todo esto, no miento. No me contestó el último mensaje enviado, no me había llamado y no me daba señales de vida. No había visto mis historias de Instagram tampoco. Ella siempre veía mis historias de instagram.


-¿Dónde está la cirujana más patética que conozco?

-Santo dios, no puedo creerlo – Me levanté de mi escritorio para correr y abrazar a Bow.

Mi amigo moreno, delgado, atractivamente mayor y alto aparecía con su típica camisa extravagante justo en mi oficina. Algunas canas hacían aparición a diferencia de la última vez que nos vimos.

-Hola, Adora. Vi en las noticias que al fin te divorciaste y me hice un tiempo libre para venir a verte. No tengo idea de donde se metió tu exesposa o qué planea, pero tenía que venir a verte mujer. Siento mucho todo lo que pasó. ¿Los niños? ¿Ya puedo intentar conquistar a tu mujer?

-No sabes el problema que te echarás encima si lo haces. Los niños están tranquilos y en casa con la niñera. Finn ya no está tenso, habla un poco más y tiene un desastre de Legos y dinosaurios en el suelo de mi habitación. Me siento tan en paz conmigo y con el mundo. Es una maravilla eso de ya no estar atado a algo que lastima. He tenido bastante tiempo libre también gracias a que no tengo cirugías programadas porque pensé que le juicio de divorcio tardaría un poco y derivé a todos mis pacientes. Mis residentes son tan capaces junto a sus titulares y he estado quizá delegando bastantes de mis funciones por el momento.

-¿Sabes a qué vine además de a saludarte?

-No te voy a comprar nada.
Comenzó a reír mientras buscaba cosas en su portafolios.

-Es un paciente que viene conmigo. No te pude llamar antes porque no lo permitió. Sabía que, si te decía algo, lo más probable es que dijeras que…


-No, de ningún modo voy a realizar la cirugía del papá de Glimmer. Entiendo lo que pasa y que su padecimiento es muy grave, solo que no deseo meter las manos en el pecho de mi exsuegro. Simplemente es un no rotundo.

El hombre no se veía enfermo, solo cansado y la tos lo mataba. Tenía una tumoración primaria que estaba segura, era maligna. Era algo que había visto muy pocas veces en la vida y que se veía también muy pocas veces. Aún no me mostraban estudios de este año, pero tenía que ordenarlos para que estuvieran recientes.

-Adora, está en el pericardio y sabes lo que eso significa.

-Mándalo a tomografía ahora mismo.

-¿Estás dispuesta a atenderlo?

-Le daré el diagnóstico y buscaré un buen cirujano. Yo no haré el procedimiento. Es algo muy complicado y aún con toda mi experiencia y un ejército de especialistas, sería muy difícil.

Esa misma tarde hicieron la tomografía junto a estudios completos y revisé al día siguiente.

En efecto, la masa se encontraba en el pericardio, pero también en la pleura. Lo único que refería eso, era un posible mesotelinoma y era sinónimo de cáncer. Estaba expandiéndose y si no se operaba pronto, habría consecuencias.

-Micah, es algo muy grave. Tendríamos que tomar una muestra para hacer una biopsia y ver si es cáncer, aunque lo más probable es que por las características y donde se encuentra alojado, es un mesotelinoma. La cirugía sería complicada ya que una vez dentro, podría ser que esté expandido mas de lo que pensamos. Necesitas tomar una decisión pronto.

Enfrentarme al papá de mi exesposa tras un par de días del divorcio, no era lo que esperaba.

-Mira, si no me matas en el quirófano, lo hará el cáncer o el tumor… o ambos. Dejo mi vida en tus manos, Grayskull.

-Te conseguiré un muy buen cirujano. Hay uno en el general de Boston que fue mi mentor y seguro que puede hacer algo por ti.

-Adora, ¿acaso no lo entiendes? No vine desde Manchester solo para que me derives con otro cirujano. Vine a que tú hagas la cirugía. Mira, no confío en nadie más que en ti sin importar lo que haya pasado con mi hija, sé lo que tengo y lo que crié. O me vas a hacer la cirugía o me muero, así de simple. No quiero ver a nadie que no seas tú y claro que sé que tengo cáncer. No tienen que ocultarme nada, mis doctores hicieron lo que pudieron y nadie quiere hacer la intervención, la quimio solo me dejó calvo y con náusea. Eres la única que me ha dicho que es operable. No conservo muchas esperanzas de vivir, solo peleo para tener un día más y me estás negando la oportunidad. Ya no te pido que lo hagas por mi hija, te pido que lo hagas por ese lazo de familia que nos une y por toda la protección que te dí toda tu vida.

Me encontraba entre la espada y a pared. A mi parecer, ese tumor era perfectamente operable sin necesidad de comenzar mas quimios para mayor reducción. Aún no estaba en una etapa tan avanzada, no me daba tiempo para investigar por qué tenía una clase de tumor que ocasiona el asbesto, pero intentaríamos tratarlo. Necesitaba estudiar el tumor, hacer un plan y reunirme con un cirujano que estuviera al nivel y no, no era Kyle.

-¡KYYYYLEEEE! Ven de inmediato. Te vas a sentar aquí y llamarás al General de Boston hasta que la doctora Applesauce te conteste el maldito teléfono. No te vas a levantar hasta que tengas noticias de ella o esté marcándome a mi teléfono personal. Y pide una biopsia del paciente.

-Sí, doctora. Descuide, yo me encargo.

Hora de castigar a Kyle... Otra vez.

Sugar parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora