El final del final.

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Desperté con cabello rubio sobre mi cara y una mujer alta abrazada a mi. Su piel resaltaba junto a la mía. Revisé mi teléfono y eran las 3 a.m.

Aún moría de sueño asi que me acomodé abrazándola mas y procedí a dormir un poco mas.
Mermista tocaba a la puerta y me llamaba. Me levanté algo desorientada quitando el brazo de Adora de encima y solo asomé la cabeza.

-Maldita, ¿te acostaste con ella? Dime que si, por favor. -Susurró.

-Si, si. No hagas ruido. Está dormida aún.

Me hizo una seña con el dedo preguntando si aún estaba ahí. Asentí con la cabeza y cerré la puerta.

Adora parecía muerta. Jamás la había visto dormir así. Me acomodé un poco y suspiró. Abrió un poco sus ojos dejando ver un tono azul oscuro y sonrió. Inmediatamente cayó dormida de nuevo. Ojalá no estuviera muerta realmente. La moví un poco para despertarla, se veía muy cómoda, cansada y derrotada. Después de todo, que te hagan lo que ella me hizo con una sola mano y recién salida de cirugía, era de otro mundo.

Ya eran las 9 de la mañana y el sol se colaba por entre las persianas de mi nueva habitación. Era un asco en cuanto a órden, pero me sentía bien. Adora continuaba dormida profundamente. Quizá necesitaba eso. Despertó de un sobresalto un par de minutos después. Se veía desubicada, miró su teléfono y maldijo.

-¿Por qué no me despertaste antes? -Dijo con voz ronca- Debo estar en el hospital. Tengo cirugía temprano.

En efecto, no enfocaba la vista. Estaba drogada. Supuse que fueron los medicamentos para soportar llegar hasta acá.

Mejor dejarla descansar. Me levanté a realizar mis tareas de domingo en la mañana ya que cubriría guardia el lunes completo. Desayuné ligero y para las 2 p.m ya contaba con todo hecho y Adora, dormida aún. Me preocupé y llamé a Mara. Quedó para llegar en media hora para revisarla.

Minutos después de su llegada, escuché gritos desde mi habitación. Mermista salió a ver qué sucedía. Mara salía de ahí con una Adora aún muy dormida.

-Despidete de ella, no la verás en unos 4 días. Gracias por llamar.
Se la llevó.

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Dormí como jamás pensé hacerlo. Sentí como si todos esos años de desvelos se esfumaran. Tranquilidad era mi segundo nombre. Recordaba pocas cosas. Estaba en mi casa, justamente en mi recámara y Mara dormía a un lado mío. Me asusté y salté de la cama.

No podía ser. Juro que había visitado a Cat y habíamos hecho un par de cosillas traviesas, ¿Fue Mara entonces? Hope me matará. A mi defensa, estaba muy drogada. Si no, ¿Como soportaría salir del hospital así? Al menos no usaba esa ridícula bata y ya tenía puesta mi pijama favorita. El brazo dolía y me encontraba mareada.

Tomé mi teléfono y marqué al de Cat. No contestó como era costumbre.

Tenía que salir de esto cuanto antes.

Mara despertó y me calmó explicando lo que sucedió.

-Por cierto, tu hermano ha estado llamando. Dice que necesita verte. Me llamó, le llamó a Hope, llamó al hospital. ¿Crees que es tranquilizador escuchar que me llaman de parte de tu hermano loco?

-He ignorado eso. No pienso verlo.

-Deberías. Cierra ese ciclo y resuelve tus dudas. Igual lo van a tener haciendo servicio comunitario un par de meses.
Siempre era cruda con eso. Si Glimmer sabía que el estaba en prisión preventiva y a punto de salir bajo fianza, podría usar a Adam contra Glimmer.

Al día siguiente programé visita para ir a verlo. Me dieron la cita para el miércoles. No podía conducir, asi que me llevó Kyle. Siempre tan bueno y servicial.

Sugar parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora