Llegué llorando a casa de mis padres tras una semana de hacerlo a escondidas en el hospital. Al fin tenía un día libre y necesitaba un abrazo reconfortante y soltar todo lo que tenía dentro. Papá abrió la puerta y la primera pregunta que hizo fue: ¿Cómo te rompió el corazón? Todo salió en un segundo. Le conté a él y a mamá que permanecía seria y muy enojada. Fui muy tonta por no darme cuenta de lo que pasaba. ¿Cómo alguien así sería soltero? Me trataba como una reina, claro que había experiencia ahí. Su vida personal era completamente un misterio y eso debió ser otra bandera roja.
-Nunca conociste a sus padres, a su hermano, amigos, conocidos… toda su vida era el hospital. Eso no es saludable. Y no me salgas con la excusa sobre que su trabajo es muy demandante. Por más que lo sea, -Mamá estallaba en furia. –Siempre hay tiempo para la familia. Te engañó y te destrozó la vida, es imperdonable. ¿Cómo pudo jugar así contigo?
Lloraba a mares en brazos de mi padre y luego en brazos de mi madre.
-Si les digo que algo me imaginé cuando vino, ¿Me matan?
Ambas giramos para verlo.
-¿Qué sabías, papá?
Se reía por nervios.
-Tu mamá y yo llevamos casados toda la vida, es el amor de mi vida y conozco algunas manías de la gente casada. Es delicada en ciertas cosas, supongo que la de los pantalones era su mujer así que eso explica como sirvió tu comida, como tomó tu abrigo cuando llegaste, como te protegía con su brazo, la manera en la que tomaba tu mano y... recordé que hice algunas reparaciones en su casa de Boston. Fue hace pocos años. Querían la remodelación de su casa para poder venderla. Yo nunca la vi, solo a su esposa. A ella solo la vi en fotografías, por eso se me hacía conocida. Supuse que estaba divorciada o algo porque en una ocasión me corrieron, ella estaba dentro y solo escuché que discutían. Luego Entrapta me contó algo sin querer… -Esa maldita perra chismosa me las va a pagar. –Y triangulé la información. Solo quizá no te lo comenté a tiempo.
Y lloré más, mucho más. Me sentía traicionada, aunque también entendía lo que habían hecho para protegerme.
-El punto es que, si piensas que es lo correcto para ti, yo te apoyo. Intentaré hablar con tu mamá para que no lo tome tan mal en caso que decidas traerla de nuevo. Ella sí tiene un poco de rencor.
-No pienso traerla de nuevo, a menos que tenga algo brilloso en mi dedo y eso no creo que pase…
-… Pronto. No subestimes a nadie en ese punto. También debería haberte dicho que hablamos cuando vino en navidad. Hubo una sentencia por mi parte, soy papá mexicano y no iba a dejar que lastimaran a mi princesa. Me dijo que era separada, que su ex se había marchado a la guerra y que en sus planes ya estaba el divorcio, creí que sabías eso. Me pidió consejo más como amigo, que como tu papá. Te amo tanto como un padre puede amar a su hijita pequeña, pero me atrevería a decir que ella te ama. No fue para nada justo lo que te hizo y no la justifico, pero ¿sabes la versión de ambas?
Manera de hablar con Brightmoon no había. Dejando de lado que es una persona muy difícil, conmigo se portaría fatal. No era opción.
La plática con mi papá había sido reconfortante. Me ayudó a tomar la decisión de darle la oportunidad a Adora, solo que la maldita aún no me escribía ni para responderme el último mensaje que le había enviado. Supuse que estaba ocupada y lo tiré al olvido.
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Angella no había dejado de pedir resultados positivos en la mejoría de la salud de su marido. Permanecía en terapia intensiva y no había mejoría alguna. Tenía un par de días sin haber caído en paro y eso era buena señal. Su estado de salud nos impedía meter una quimioterapia y eso hacía que el cáncer avanzara de manera desmedida. A este punto, no sabía qué decir al respecto sobre el estado de Micah, teníamos todo en contra y supuse que lo indicado sería hacer válida su voluntad de no usar medidas extraordinarias para mantenerlo vivo. No era que la cirugía fallara, era que su cuerpo ya estaba muy débil para soportarlo. Realmente no debí haber aceptado meterlo a quirófano y cargo con esa responsabilidad. Debimos mandarlo a oncología primero y hacer todo al revés.
Platicaba con Mara en la sala de residentes.
-Catra no me ha contestado los mensajes.
-¿Cuántos le mandaste?
-Uno, cuando se fue.
-Sabes que saturo el teléfono de Hope cuando no me contesta. Haz lo mismo o envía fotografías picantes. Como cuando Glimm te mandó de un paciente con ginecomastia y todos en la reunión las vieron pensando que eran sus pechos. Dios, morimos de la risa.
-Si, ja-ja-ja. Maldita –Miré el apartado de mensajes con Catra. Ella había mandado el último. -¡Soy una estúpida!
Mara me quitó el teléfono de las manos
-Confirmo y arreglo esto.
Texteó un par de cosas y me lo regresó.“Mara de mi amor tiene a los niños este fin de semana. ¿Te pareces si viajo a verte y nos alocamos un poco? Me hace falta respirar tu aroma y han sido pocos días. Prometo dejar tus piernas temblando”
Y la maldita lo había enviado.
-Te cortaré la cabeza si no me responde.
-Hora de ser espontánea. Recupera tu vida, zorra.
Me llamaron del piso de terapia intensiva, Micah había caído en paro de nuevo y los residentes lo sacaron antes de que llegara a ver qué sucedía.
Hora de hablar con Angella. La cité en mi oficina junto a Glimmer, esta decisión se tomaba con todas juntas.
-Tengo dos malas noticias y ninguna nueva que pueda ser considerada buena. La salud de Micah no mejora y no entendemos lo que sucede. Antes de la cirugía, dejó claro que no deseaba recibir medidas extraordinarias para mantenerlo vivo y hemos hecho caso omiso…
Expliqué todo sobre su estado de salud, los posibles puntos de mejora que eran muy pocos y las opciones que teníamos para mantenerlo vivo ignorando sus deseos.
-No matarás a mi marido. Ponte en mi lugar, ¿dejarías morir a Glimmer?
-Ya no es mi esposa, no tengo injerencia en eso.
Se giró a ver a Glimmer y ésta, cambió de color. Supuse que no le había dicho nada de nuestra separación.
Comenzaron a pelear sobre la separación y Glimmer se excusaba diciendo que la situación era insostenible y que nuestra vida laboral hacía todo más complicado. Que medio oriente la había cambiado demasiado y que no soportaba estar a mi lado. Sostenía que era una obsesiva con el trabajo y que la había engañado con una interna en su ausencia.
-¡Por favor, Glimmer! No te hagas la víctima, hija. ¿Adora sabe de Adam? Porque se me hacía raro eso de compartir con los gemelos. Siempre fuiste una vulgar. Y tú, Adora. No vas a desconectar a mi marido. Morirá peleando. Y si muere, diré que tú lo mataste. Prepárate para la peor demanda de tu carrera y despídete de tu licencia.
Se levantó, recogió su bolso y abrigo para salir enojada de la oficina.
Glimmer se veía perdida. En todos los años que tenía de conocerla, jamás había visto ese semblante. Mi instinto me decía que me acercara para abrazarla, aunque corría el riesgo de ser empujada como en muchas otras ocasiones.
No necesité hacerlo, ella se me fue encima para abrazarme e intentó besarme. Permanecí esquivando su intento hasta que me dejé llevar. Nos besamos en su oficina y frente a las cámaras. Bueno, al menos sabían que fuimos esposas y técnicamente era normal hasta cierto punto.
-Me haces falta, Adora –Dijo al terminar el beso. –Mucha falta. Te he extrañado mucho.
Eso me hería. La había amado con toda el alma, con mi corazón entero y pensé que moriría cuando me rompió el corazón junto a mi hermano. Estaba a nada de echarme a llorar cuando Mara llegó al rescate.
-Lárgate, brillos. Necesito hablar con Adora un segundo.
Le tiró una mirada de odio a Mara y salió de la oficina.
-¿Qué pasa, Mara?-Tienes que ver tu maldito correo. Espero que esto sea lo que necesitamos… bueno, tu.
Observé un par de cosas y entre ellas, había solicitudes de aplicación para residentes de cirugía para la próxima generación y si, en efecto había un nombre que resaltaba en ella.
-¿Por qué tienes acceso a mi correo, Mara?
-La gente sabe cosas, Adora. No me puedes culpar por ello.
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Sugar parte 3
FanfictionAl fin me digné a terminar la historia. Adora por fin puede disfrutar de su libertad tras dejar de lado el matrimonio tortuoso con su ex esposa. Lucha por recuperar a sus dos amores, Cat y la cirugía.