Sugar parte 3

Tiene manita, no tiene manita.

Limpiaron, suturaron y revisaron mi hombro. Nada de consideración en la herida. Entró limpio y pudo salir limpio. La actitud y tranquilidad de Adora eran sobrenaturales. Se mantuvo firme, llamó a su amiga con la mano libre y ayuda de un interno. A los pocos minutos llegó Huntara para revisar y en un segundo ya tenía fuera la navaja y la mano de Adora. A ella se la llevaron y me pasaron a otra sala.

-Niña, ¿Qué hiciste esta vez?

-No lo sé. Debieron ser celos.

-Desde que te golpeó hace años, no supimos mas del él. Ahora lo tiene la policía, creo. Unos transeúntes los golpearon para detenerlo, según me contaron algunas enfermeras. ¿Puedes ceerlo?

-¿Tendré qué hablar con la policía?

Asintió. Una hora después y con una sutura impecable en mi hombro, pude dar mi declaración. Mara hacía aparición corriendo. Le tocó a Mermista asistirla, se notaba la felicidad en su rostro.

DT sería procesado por cargos contra mi y esperarían a que Adora saliera de cirugía para ver por qué otras cosas se le culparía. Veía a lo lejos como Mara trabajaba de manera impecable solicitando estudios para estár bien segura que no perdería su manita. No podía perder movimiento o sensibilidad, acabaría con su carrera completamente. Era inaudito.

El hospital no contaba con galería como en algunos otros, pero podía visualizar la cirugía desde la parte de atrás del cristal donde te lavas. Ahí estaría el tiempo suficiente.

Entró Mara rodeada de su aura de poderío, muy similar a la de Adora, pero con menos gritos.

-Buenas tardes, internos, residentes, enfermeras y demás. Soy la doctora Mara Pike, especialista en trauma y ortopedia, pero pueden llamarme Satanás. Hagamos que esta perra tenga movilidad en su mano. Bisturí...

Un par de horas después, Adora salía de cirugía y me topé de frente con Mara y Huntara.

-Estará bien, gatita. No esperes que te meta mano en al menos unos... 6 meses. Comprense un vibrador o algo. Si le haces algo a esa manita que acabo de salvar, te mato.

Eso sí era una amenaza. Bueno, en peores ya he estado. Gracias DT por arruinar el fin de semana sexual que me esperaba, maldito infeliz.

*****************************

Me dolía la mano como si me la hubiesen atravezado con algo. Y así era, realmente.

-¿Me puedes dar morfina? -Le suplicaba a Mara.

-¿Crees que te voy a dar morfina? No le pongas nada, lo que tiene ya es suficiente.

Ordenó a enfermería mientras dejaba notas en mi expediente.

-¿Ya puedo ver a Catra?

-Sin juegos de manos, por favor.
Salió del cuarto y dejó entrar a Catra. Usaba un cabestrillo en su brazo izquierdo. Se veía preciosa o estaba drogada. Si, estaba drogada, pero ella siempre lucía hermosa.

-Siento que pasara todo esto... No debiste...

-¿Rescatarte? No sabía que lo hacía. ¿Como está tu brazo?

-Mejor que tu mano, claro está.
No sabíamos qué decirnos. Me veía con culpa, solo veía culpa. Quería amor, deseaba que me mirara con amor así como yo a ella.

-¿Si vas a cambiar de sede la residencia? Vi tu aplicación -Le dije para no perder mas el tiempo.- Debiste decirme, puedo apresurarla.

-Quiero hacer el proceso como los demás. Nos veremos el próximo inicio.

Hablamos de nada y al poco tiempo, me quedé dormida. No supe mas de mi hasta que Mara me despertó.

-Te daré alta y traslado de aquí. Nos regresamos a Nueva York y te vienes conmigo.