Decimoprimera bala

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Mördare sonrió al teclear varias veces y ver que pudo acceder a las cámaras de seguridad de la agencia, su computadora y el servidor de Internet eran irrastreables así que en la pantalla apareció la imagen de Morgan en su oficina.
El hombre que lo había adoptado por puro interés fumaba un habano caro, seguramente estaba preocupado pues eso hacía cuando algo no estaba bien.
Mördare tecleo una vez más hasta que pudo ver la pantalla de la computadora de Morgan... Estaba hablando con el mercader. El rostro no se miraba pero la voz, Mördare la conocía muy bien.
Ajustó más el sonido para escuchar bien.

-¡Eres un inepto!, ya llevan días sin saber de esos dos y pronto se ataran cabos por el gobierno de Hermes Intriyovsky, entonces... ¿Cuándo lo tendrás?, necesito que Tyron Hays esté muerto, él sabe lo suficiente sobre las órdenes que hemos dado y sobre los otros planes, él nos puede tener por conspiración.
Morgan se acarició la barba, y suspiró, sacudió la ceniza de su habano antes de responder, -Estamos detrás de ellos, pero es como si se los hubiera tragado la tierra.

El hombre de la pantalla no se mostró impresionado por la respuesta.
-Te recuerdo que antes de caer yo, tú caerás primero y te haré pagar un infierno por tu ineptitu d, -la videollamada se desconectó, y Morgan llamó por teléfono, Mördare supuso que era a algún agente que estaba asignado a ellos.

-Necesito resultados a como dé lugar, -fue todo lo que Morgan dijo y colgó.
Mördare cerró la pantalla.
No sabía con cuánto tiempo contaban antes de ser localizados, pero una cosa era segura, no dejaría que Morgan lastime a Tyron, pues por mucho que odiara admitirlo, el tipo le agradaba, tal vez un poco más de agradar.

Tyron ajeno a todo lo que Mördare en un golpe de suerte había visto y escuchado, limpiaba su arma.
Pronto se pondría en contacto con Katenkya y esta le informaría sobre cosas que necesitaba saber.
Sospechaba que la amable mujer no se había retirado del todo, pero eso no importaba mientras pudiera mantener seguro a Mördare y a él. Sabía que el niño podía protegerse sólo,sus nudillos con cicatrices, los dedos torcidos y algunas marcas en la espalda daban fe de que el muchacho tuvo que pelear desde muy joven. Eran tan diferentes Mördare y Tyron.

Donde Mördare tuvo sólo malos tratos, Tyron tenía una familia a la cual amar y proteger.
Donde Tyron tuvo amigos, Mördare se aislaba por causa de su temperamento.
Tyron tenía a sus padres que lo amaban, Mördare fue desechado, abusado y obligado a matar para poder vivir y luego recogido sólo por su dureza y su falta de apego.
Tyron encontró otra causa para eliminar a Morgan y disfrutaría cuando jalara el gatillo y vea la luz de vida en los ojos de su director, apagarse.
Lo disfrutaría por él, por Hermes pero sobre todo por Mördare, quien en su propia casa había sido usado y traicionado.

Mördare y Tyron desayunaron en silencio, un silencio agradable, un silencio reconfortante, para Mördare, aunque Tyron se notaba tenso.

-¿Qué carajos sucede contigo Hays?, -Mördare miraba de reojo a Tyron y notaba lo estresado que estaba.

Tyron tomó un sorbo de su café, -estamos demasiado tranquilos, necesito un campo de tiro y entrenar.

Mördare meneó la cabeza, -deja busco en la computadora el campo de tiro más cercano, estoy seguro de que habrá alguno, con tanto ranchero y armas por los alrededores.

-Gracias, -Tyron realmente estaba agradecido por el interés del mocoso.

-Y por lo de entrenar, creo hay dos habitaciones libres aparte de las nuestras.
Una la podemos acondicionar para un gimnasio y ahí practicar combate y un poco de cardio y pesas.
Tyron miró incrédulo a Mördare quien levantó la ceja con suspicacia.

-¿Qué?, Mördare se mostraba a la defensiva, -¿crees que por ser delgado y bajo, no puedo pelear?, Mördare transmitía una tranquilidad asesina la cual no intimidó a Tyron pero sí le recordó los certeros golpes que recibía por parte de un furioso Mördare.

Traición en la casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora