Decimoséptima bala

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La carretera tan monótona y común, que hacía ver al señor Álvarez su desagradable vecino ya muy mayor y con sobrepeso que todas las mañanas salía por su periódico en diminutos calzoncillos, como un ángel inocente comparado con el grupo de asesinos que irrumpirían sin previo aviso en la zona de esas buenas personas.
Katenkya tecleaba su computadora, Tyron quería bombardear a la pequeña mujer con múltiples preguntas.
¿Cuántos agentes estarían en la casa?, ¿qué armas llevaban?, ¿eran todos agentes oficiales o mercenarios?, sus padres ¿cómo estarían manejando todo aquello?, Mördare ¿estaría herido?
Katenkya pudo sentir la angustiante tensión en el cuerpo de Tyron y decidió sacarlo de su miseria.
-llegó una camioneta con cuatro agentes, -la mirada de Katenkya se separó de la pantalla y miró preocupada a Tyron, uno de ellos es Morgan.

-¡Maldita sea!, ¿no puede manejar más rápido ese tipo?, -la mano de Tyron sonó al golpear su pierna, Edmundo Bartlet se acercó hasta el chofer y le murmuró alguna orden, pues este sin decir nada desvió su ruta.

-¿Pero qué demonios?, Tyron miraba la ruta alterna mientras el secretario Edmundo Bartlet miraba al frente sin inmutarse y de manera serena respondió...

-Si llegamos por el frente es muy seguro que hayan algunos agentes custodiado la entrada en la casa de sus padres agente Hays, entonces entraremos por la parte de atrás sin ser vistos.
Si está Morgan con ellos, estarán pesando como agentes del gobierno, pero nosotros estamos pensando como mercenarios.
A Tyron le agradó el esposo de Levonovich, era un tipo tranquilo que sospechaba podría romper el cuello de alguien y aun así verse tan amable como un buen samaritano.

-Bien una vez que lleguemos a la parte trasera, mi madre siempre deja la puerta abierta, podremos entrar desde ahí.

Katenkya Levonovich y Edmundo Bartlet sacaron sus armas, la pequeña mujer sacó un pequeño maletín alargado y con la calma de una abuela armó un rifle de largo alcance con un potente silenciador.
Definitivamente Tyron empezaba a sentir verdadera simpatía por la pareja.

La casa estaba en una desordenada calma, desde el exterior se podía ver que la mesa de la cocina estaba tirada, platos y vasos se habían roto, Tyron tuvo que recordarse que en ese momento era un agente entrenado para misiones tan complejas como la toma de rehenes, pero nunca te entrenan para soportar y separar las emociones que se generan al descubrir que es tu familia la que podría estar en manos de mercenarios...
Katenkya con la soltura de un pequeño gatito entró hasta la cocina, unos pocos segundos después fue seguida de Bartlet y Tyron quien reconoció el mandil de su madre recargado en la estufa, el pedazo de tela estaba manchado de sangre y eso casi puso en rojo a Tyron, Katenkya sabiamente tomó su hombro y señaló el mandil y con su pequeño dedo índice le dijo a Tyron que no, que probablemente era un señuelo para provocar al agente.
Tyron asintió, daba ese punto a Levonovich, pues su antigua mentora fue una increíble agente la cual era conocida como una leyenda a nivel de las agencias gubernamentales, independientes y clandestinos, todos sabían quién era el agente con nombre clave de 'el viento', todos conocían su alcance y genialidad y todos desconocían su paradero, su género y su apariencia.

Mientras el pequeño equipo de Tyron entraba a la casa de sus padres, con cada paso la destrucción era evidente, así como también lo era el silencio y la enfermiza calma, ninguno de ellos podría distraer su mente hasta ver cuál era el panorama que realmente estaba ahí.
Todo podía suceder y era mejor estar preparados para cualquier eventualidad que sucediera.

Recorrieron la sala y estaba destruida y vacía, era obvio que habían luchado, sangre manchaba la alfombra.
El corazón de Tyron se saltó un latido o tal vez dos, pero debió estar muy alerta, la casa estaba llena de gente y era preciso encontrarlos, pues este era el juego retorcido de Morgan Brice y Tyron no dudaba que Mördare era su objetivo, él lo había formado como un agente que conocía muchos secretos sucios del mal manejo, tampoco dudaba que Brice lo haría ver lo que sea que tuviera preparado para Mördare...



Traición en la casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora