Primera bala

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Tyron sonrió al ver como Hermes se colocaba las estúpidas orejas de gato.

—¿En serio Hermes, crees que eso es sexy?, —Hermes sonrió pícaro mientras se daba la vuelta y dejaba ver un plug del cuál colgaba una cola a juego con las orejas.

Tyron tragó en seco tal como pensaba se tragaría sus palabras con todo y lengua, —Bueno, viéndolo desde ese enfoque.

Hermes se carcajeó, —¿Desde el enfoque de mi culo o desde el enfoque del sexy disfraz?

Tyron gruñó y atrajo a Hermes a su lado sólo para torturarlo jalando el plug y volviéndolo a meter, con lo cual Hermes gimió y paró más el trasero en una silenciosa súplica.

Hermes jadeó sintiendo como cada vértebra temblaba por los juegos que hacía Tyron.

—Vamos gatito, —Tyron le dio una nalgada a Hermes para conducirlo a la enorme cama.

Con un gemido Hermes caminó coqueto, meneando el trasero de forma provocadora.

Tyron amaba a ese hombre que ahora ya estaba puesto en cuatro, dejando expuesto todo su redondo y glorioso trasero moreno.

Colocándose encima de él Tyron susurró al oído de Hermes, —Te amo, —de un sólo jalón sacó el plug, provocando el gemido de Hermes quien era un amante ruidoso y bastante expresivo en la cama.

 —Yo también te amo, ahora lléname.

Con un poderoso golpe de cadera, Tyron Se empujó hasta el fondo adentro de Hermes, mientras apretaba los dientes con fuerza para evitar correrse como un puto adolescente.

—Vamos, vamos, no pares. —Tyron sonrió, Hermes era muy mandón a la hora de joder  y también era bastante sucio, no se limitaba a explorar algunas filias interesantes.

Con una violenta fuerza de la que sólo Tyron y su gran tamaño era capaz, empujó sintiendo como su pelvis golpeaba duramente la carne de su pareja, moviéndose hasta encontrar ese punto especial, no sin antes susurrar obscenidades al oído de su amante.

Ambos aullaron al alcanzar el clímax mientras frescas gotas de sudor se mezclaban para fusionarse.

—¿Cuándo te decidirás hacer de mí un hombre honesto?, —sonrió Tyron de forma despreocupada, aunque por dentro esperaba que Hermes Por fin ya aceptara su propuesta de matrimonio.

Hermes se acomodó y levantó el rostro apoyándose en un brazo.

Con la sonrisa infantil que tanto gustaba a Tyron, Hermes respondió, —hemos hablado de esto Ty. Yo no necesitó un papel para sentirme tuyo.

Tyron se sentía frustrado, pero había optado por no presionar, ya que si lo pensaba bien, su trabajo en la agencia podía ser muy demandante y en extremo peligroso, así que una pareja era un inconveniente que no necesitaba, pero en el camino de la vida se había enamorado de ese hombre con rostro común, movimientos torpes y memoria de anciano de noventa años.

—Está bien Hermes, lo digo porque de esa forma en mí trabajo es más fácil cobrar los seguros si tu parentesco conmigo es legal.

Hermes sonrió malicioso mientras su pie acariciaba de forma provocadora la pierna de Ty, —¿no me digas que vales más vivo que muerto?

Tyron se sentó y prendió un cigarrillo tan bienvenido después del bajón poscoital.

—Algo así, —dijo Tyron con una sonrisa pícara mientras el humo se dispersaba por la recámara, mezclándose con el olor a sexo,—pero no planeó dejarte solo por un buen tiempo.

Hermes no respondió, en cambio dio un beso en el pecho velludo de Tyron.




—Agente Hays, —Morgan Brice un hombre mayor y calvo saludó a Tyron Hays.

Traición en la casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora