C.- 11 ✧

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Ya pasaron tres días desde la última vez que tuve noticias de JeongGuk. He tratado de no darle importancia, sin embargo, sólo pienso en sus palabras cuando dijo que se quedaría para acompañarme durante el embarazo.

¿Dónde está entonces?

Como sea. No debería preocuparme demasiado. A estas alturas, no debería esperar demasiado del azabache.

—¿No prefieres que pase por ti? —La voz de HyukJoon a través de la línea sonó divertida, como si se estuviera burlando de mi.

—¿No me oíste decir que quiero caminar, idiota?

—Es de oír y no creer.

—Te estás aprovechando de que no estoy contigo, ¿crees que no me doy cuenta? —Cuestioné terminando de abrochar mi zapatilla. —Aunque tienes razón. No me gusta caminar, debo hacerlo porque este bebé me está haciendo comer de más, —Observe mi estomago superficialmente. —y si quiero seguir comiendo de manera saludable, debería complementarlo con algo de actividad física.

Aleje el móvil de mi oído para ver la hora. Debo apresurarme o llegaré tarde.

Hubo algo de ajetreo al otro lado de la línea antes de escuchar nuevamente la voz del pelinaranja. —Muy bien, señor saludable. Asegúrate de llegar a tiempo y ten cuidado, ya anocheció. —Asentí un par de veces, a pesar de que no podía verme.

—Como digas.

—Que sepas que no me preocupo por ti, sino del precioso bebé en tu interior.

—Jódete, joon. —Pronuncié en una risa, corté la llamada un segundo después.

El camino hasta el bar es regularmente largo, sin embargo, me las arregle para apurar el paso y así, asegurarme de llegar a tiempo. Estuve caminando por quince minutos aproximadamente hasta que me acerqué a mi destino.

Iba tan concentrado en mi propio caminar que no pude notar que a algunos metros de distancia, se encontraba el auto de JeongGuk estacionado a un costado de la calle.

Poco a poco, la velocidad de mis pasos disminuyó cuando mis ojos titubeantes divisaron a aquella chica de cabellos pelinegros y vestido corto que estaba apoyada en dicho vehículo. No fue ello lo que me quitó la respiración, sino el azabache acorralándola con intenciones obvias.

Mi corazón se detuvo cruelmente cuando su mirada oscura se cruzó con la mía, dejándome claro que era real. Que no era una broma.

«Justo cuando creí que no podías seguir destruyéndome. »

Con toda mi fuerza de voluntad, forcé una mueca neutra y seguí caminando, como si no hubiera visto tal cosa como a mi ex-esposo rozando sus labios con los de alguien más.

¿Debería acostumbrarme a esto? ¿Es posible que algún día deje de quemar de esta manera?

Me sentí desvanecer al notar de reojo como se acercaba a mi. No, no, no. Aléjate.

—TaeHyung. Hey. —No me quedó de otra más que responder a su llamado con una expresión desentendida. Se ve bien, al contrario de lo que imaginé después de no verlo por tres días. —¿Como has estado? No he podido ir a verte, porque-

—Está bien. No importa. —Me apresuré a interrumpir. No quiero oír.

Noté su mirada extraña, pero no me puede importar menos adivinar lo que hay detrás de esos ojos negros. Debo dejar de preocuparme por el.

—Desde la última vez, ¿has sentido malestares? —Fui incapaz de prestar atención a sus palabras, demasiado ocupado cuando pude notar a la chica a las espaldas de JeongGuk. Casi oculta detrás de la camioneta.

Corazón vacío ✧ kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora