Para ser sincero, sé que a Lee le afectó verme ingresando al hospital con TaeHyung. Pude notar perfectamente cómo se quedaba congelado en su lugar mientras observaba nuestras manos entrelazadas.
Habría sido sencillo pararme frente a él y simplemente golpearlo por estar enamorado de mi esposo, sin embargo, me siento débil como nunca y lo único en lo que puedo pensar es en el bienestar de mi padre.
Al contrario de soltar la mano del menor, la apreté con más fuerza cuando nos hallamos frente a los ojos llorosos y cansados de mi madre, quién, como si no creyera que estoy aquí, se acercó a paso lento, deteniéndose cuando un metro de distancia nos separaba.
—Llegaste, hijo. —Pronunció, sonriéndome a pesar de la tristeza en sus ojos.
—¿Cómo está? —No me contuve a preguntar. Una incomodidad me sigue carcomiendo el pecho al sentir el distinguido aroma a hospital y las mismas sillas de espera en las que me senté cuando esperaba por mi hermano.
Evidentemente, ella no se siente mucho mejor. —Está estable. El infarto no fue mortal afortunadamente, el doctor dijo que debe quedarse en el hospital algunos días para hacerle análisis. —Su vista se detuvo en el castaño a mi lado y su mirada brilló un poco. —Me alegro de verte, TaeHyung. —El aludido se soltó de mi agarre y se acercó a mi madre para besar su mejilla y abrazarla.
Observé la escena en silencio, únicamente procesando la información de que mi padre estaba bien. Cuando fui consciente, TaeHyung murmuró algo en el oído de la castaña que provocó que sus ojos se lustraran debido a las lágrimas.
La mujer se apartó, sonriéndole con una calidez que desde hace un tiempo no veía en ella. Posó sus ojos en mi y fue como si estuviera tratando con otra persona. Me miró como si lanzara dagas en mi dirección. —Siempre supe que te ibas a arrepentir de separarte de mi yerno.
Indignado, fruncí el ceño. —¿Debería recordarte que soy tu hijo? —Me giré hacia mi esposo con la misma expresión cuando lo escuché reír. —¿Tú de que te ríes? ¡Ah! ¡M-Mamá! —Increíblemente, me pellizcó el brazo, torciendo mi piel entre sus dedos.
—No le hables así. Compórtate.
Dejé de poner atención cuando el menor apartó la mirada y se giró hacia atrás. Antes de que diera un solo paso sujete su muñeca, evitándolo. —¿A dónde vas?
—Lee está por allá. Sólo voy a saludar.
—No. Quédate conmigo.
Es imposible no sentirme amenazado por LeeChan cuando recuerdo nuestro último encuentro y lo inseguro que me hizo sentir con respecto a TaeHyung.
Frunciendo el ceño, aun así, el castaño no puso peros y entrelazó sus dedos con los míos cuando extendí mi mano en su dirección. —¿Tú no lo vas a saludar? —Cuestionó cuidadosamente.
Negué, inclinándome un poco en su dirección para besar su frente. —Después hablamos, ¿sí? —Sus pestañas revoloteando hicieron imposible que no naciera en mi la necesidad de descender mi boca un poco más y juntar nuestros labios.
Su sonrisa no tardó en aparecer y me sentí como un loco enamorado.
—Puedes pasar a ver a tu padre, cariño. —Mi madre interrumpió la escena con una mueca que solo irradiaba lo feliz que estaba por vernos así. —Está dormido, pero debería despertar pronto. —Asentí, sintiéndome ansioso por verlo.
Tenía toda la intención de llevar al castaño conmigo, mas el se separó de mi mano, sonriéndome con calidez. —Yo me quedaré aquí, así que tomate tu tiempo.
Suspiré. —No te muevas de aquí, ¿entendido?
—¿Cómo podría? Tienes que llevarme a casa.
Satisfecho con una respuesta como esa, lancé un beso en su dirección. Me llené de valor, preparándome para cualquier imagen que pudiera encontrar al ingresar a la habitación que mi madre me apuntó.
El recuerdo de aquella vez que abrí la puerta de una habitación por pura casualidad y me encontré con los médicos intentando reanimar a mi hermano me pusieron los nervios de punta, pero me obligué a apartar esos pensamientos.
Giré la perilla y al ingresar escuché movimiento y en poco tiempo mi padre cerró la revista que estaba leyendo y se acomodó en la cama, cerrando los ojos a la fuerza.
Reí, negando con la cabeza al acercarme. —¿No deberías estar dormido?
Cayó en cuenta de que se trataba de mi y abrió un ojo, botando el aire que estaba conteniendo con alivio. Volvió a tomar la revista y buscó la pagina que estaba leyendo. —Eso es lo que los médicos quieren hacerles creer. —Actuó despreocupado, dándome un vistazo.
—Que bueno es ver que estás bien.
—Por supuesto que estoy bien, solo son exageraciones esas de tú madre. —Pareció analizarme durante unos segundos antes de dejar la revista de lado, finalmente dejándome ver algo de sentimiento en esos orbes. —¿Tú estás bien? ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
No pude evitar reír ante su actitud repentinamente paterna, aquella que no dejaba salir casi nunca. —¿No soy yo quién debería estar preocupado? —Sin permiso, me senté en el asiento junto a la camilla.
—Te equivocas. Como podrás ver, estoy totalmente bien. —Estiró sus brazos a lo largo de la camilla, con una expresión de comodidad. —Comida gratis, tengo la atención de mi mujer e hice que salieras de tu escondite. Lo único que me molesta un poco es que me estén agujereando los brazos cada cinco minutos. —Arrugó su expresión, validando su punto.
—Eres un sin vergüenza. —Ni siquiera se inmutó y alzó los hombros mostrando indiferencia. Sin embargo, después de pensar un momento, me observó como con intenciones de agujerear mi frente. —¿Qué?
—Ahora más que nunca voy a necesitarte en la empresa, JeongGuk. —Por acto de inercia un peso cayó en mis hombros y mi garganta se apretó. Creo que puedo adivinar a que se debe todo esto. —Dijeron que debo darme un descanso de esas responsabilidades por un largo tiempo y eres el único que me puede ayudar. Debes tomar mi puesto. —Él ni siquiera me está dando a elegir.
Un gritó se escuchó desde las afueras de la habitación, sobresaltándonos a ambos. Me levanté con rapidez y me dirigí a la puerta. —Quédate quieto, ahora vuelvo. —Le indiqué al ver sus indicios de copiar mi acción de ponerse de pie.
Sin duda mi corazón dio un vuelco cuando lo primero que mis ojos se encontraron al salir fue a TaeHyung inerte en los brazos de LeeChan. Hice a mis propias piernas funcionar para correr hacia él, las palabras desesperadas de mi madre sonando demasiado lejanas como para entender lo que decía.
Observé el rostro dormido de mi esposo y mi pulso se aceleró. Ignoré por completo al pelinegro que lo sujetaba y pase un brazo por debajo de sus rodillas y el otro en la zona de sus hombros, alzándolo en mis brazos con facilidad para llevarlo conmigo al sector principal del hospital.
Al ver la situación, varios enfermeros se acercaron a auxiliarme. —¿Qué le sucedió?
—Se desmayó. Está embarazado. —Fue todo lo que pude decir, demasiado cohibido con la rapidez de lo que acaba de suceder.
El chico que se dirigió a mi asintió y me indico el pasillo a mi izquierda. —Venga por aquí, lo atenderán de inmediato. —Hice lo que me dijeron mientras hacía todo lo posible por calmarme.
@CRYSTALTAEE
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Corazón vacío ✧ kooktae
Fanfic« Se supone que seríamos para siempre, pero supongo que en ese aspecto, también me equivoqué contigo. » Tres años de matrimonio y cinco de noviazgo tirados a la basura cuando miró a esos ojos negros y las palabras; "Ya no te amo" Fueron pronunciadas...