CAPÍTULO 13 || MYUNG HO: EL HECHICERO

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Era octubre. Las hojas de los árboles estaban desprendidas casi por totalidad. Las calles de las plazas estaban inundadas de colores naranjas y el cielo brillaba con cierta timidez, porque las ligeras nubes lograban cubrir el cielo por completo.

La casa al límite del pueblo, frente a la primera línea de árboles estaba siendo terminada de limpiar. Después de un par de años por fin había encontrado un nuevo dueño, un muchacho delgado con anteojos, de contextura mediana, cabello oscuro y de apariencia juvenil había decidido abrir una tienda de té justo en ese lugar. El pueblo no poseía una tienda de té, si quiera un lugar para reunirse, sentarse y charlar, parecía como si esa casa, esa persona y esa villa hubieran estado destinados para conocerse.

El muchacho de gafas terminaba de limpiar la última mesa del local, listo para poder poner por fin el letrero de <abierto> en la puerta de enfrente, cuando de pronto se escuchó la campanilla sonar.

Ding ding

El joven delgado volvió a ver hacia la puerta y pudo admirar una figura alta, esbelta, brillante y alada. Al mirarlo suspiró sin poder decir mucho del asombro.

—Eres...¿un hechicero?— el místico ser dijo entre respiraciones, había volado desde muy lejos y muy veloz para llegar hasta esa puerta.

El joven agachó la mirada y negó con el rostro.

—Creo que te has confundido— mintió.

El ser con alas soltó una ligera risa —Las creaturas mágicas nos reconocemos al instante ¿no es así? Algunos se sienten intimidados y otros atraídos, en mi caso, mi corazón me llamó hasta aquí—

—¿Cuál es tu nombre? — le ofreció un asiento

—Moon Jun—respondió con alegría al por fin descender al piso y esconder un poco sus alas.

—Moon Jun ¿no te da miedo que un humano te vea? —

—No veo ningún humano por aquí, a excepción de ti— se sentó frente a él

—¿Será que te confundes a menudo? —

—Eres gracioso— volvió a reír, cubriendo un poco su sonrisa con la mano.

—¿Por qué vienes aquí? ¿Quieres algo de mí? No es común que las hadas se acerquen a la sociedad de humanos—

—Me gustaría acercarme más a la sociedad de humanos y tienes razón al pensar que quiero algo de ti ¡Quiero ser un humano! —

El dueño soltó una carcajada leve detrás del mostrador —Ahora es mi turno de reír ¿Por qué me lo pedirías a mí? —

—No sé por qué me mientes, pero sí sé que eres un hechicero— El joven con gafas dejó de reír inadvertidamente —Quisiera pedirte ese deseo, por favor, hazme un humano— imploró con ambas manos.

—Aunque sea un hechicero, no haré magia— dijo —No de nuevo— pensó.

—Ni si quiera ¿un poco? — sonrió con pena.

—Ni un poquito— le regresó la sonrisa, admirando una vez más la ingenuidad y la alegría incansable del hada.

—Eres un hechicero que no hace magia ¿Hay alguna razón para eso? —

—Más de una, tal vez—

Moon Jun por su parte suspiró y se quedó pensando un rato.

— No preguntaré más, aunque mueeero por saber ¿Pero podemos ser amigos, cierto? — El dueño de la casa de té volvió a reír y se puso a pensar como él.

Cuentos de una hermosa juventud (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora