Querido lector ¿estás listo para una historia más? El día de hoy te contaré sobre un muchacho muy sensible, que decidió aceptar su destino al costo que fuera, para hacer feliz a quienes lo rodeaban.Pero eso le causó una enorme consecuencia.
Acompáñame para que hablemos del mensajero, un humano que, finalmente, se dio cuenta de lo que en realidad deseaba.
***
Era una tarde dorada, finalmente comenzaba la primavera, todos en el pueblo empezaban a deshacerse de sus ropajes de invierno por fin y, por fin, el color del bosque intentaba parecerse más a un cuento con final feliz. Los animales salían de sus nidos y madrigueras en busca de nuevos alimentos y de nuevas parejas, todo parecía un nuevo comienzo.
Sentado en una banca, bajo el cerezo que comenzaba a retoñar, estaba Ji Hoon, el mensajero del pueblo, preguntándose por qué el año nuevo se celebra en una fecha tan helada y no en primavera cuando la vida se reconstruye nuevamente.
Al mismo tiempo observaba su maletín repleto de cartas y paquetes, las personas de los pueblos vecinos siempre esperaban al primer día de primavera para enviar sus cartas, ya que solo así se aseguraban que llegaran sanas y salvas, y que el mensajero no muriera de frío.
Superficialmente pensarás que es gentil de su parte, pero para Ji Hoon era un dolor de cabeza, porque pasaba 3 meses entregando 1 o 2 paquetes semanales, y de repente, la última semana de marzo tiene que entregar de 300 a 400 mensajes.
Pensaba sobre la cobardía de las personas de expresar lo que sentían solo cuando el tiempo era bueno, como si eso favorecía en algo, en lugar de decir sus sentimientos cuando el tiempo era realmente malo, para por lo menos tener una razón por la cual sonreír a pesar de las fuertes nevadas.
Terminó de revisarlas para por fin emprender su ruta, no sin antes ver, a través de la ventana de una de las casas, a una señorita de cabello largo; la chica reía mientras bailaba de alegría, dejando hondear su hermoso vestido blanco. Sonríe con ella, agacha su mirada y empieza a caminar.
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Ding-ding
Sonó la campanilla de la tienda de té, eran las 3 de la tarde, la hora exacta para consumir un postre junto a una deliciosa taza de infusiones, la tienda estaba llena, pero el barista parecía estar tranquilo, nadie entendía como una sola persona podía atender la única tienda de té de todo el pueblo, y el único que no le importaba como lo lograba acababa de llegar.
Ji Hoon se acerca hasta la barra y se sienta, descarga su maleta y empieza a buscar, dentro de ella, una carta.
-Hace mucho no te veía- dijo Myung Ho dando la espalda, mientras servía una taza de té de menta.
-Mm ¿qué te puedo decir? Tus amigos no te enviaron cartas antes, yo no estoy para visitarte- dijo mientras sonreía.
Myung Ho rio y volvió a ver: - ¿1 de azúcar? -
Ji Hoon asintió -como siempre, gracias-
El mensajero, finalmente encuentra la carta para el dueño de la tienda, y la pone sobre la mesa, Myung Ho le extiende la taza de té, toma el sobre y, sin mirarlo ni siquiera ojearlo, lo guarda debajo de la barra, a la par de muchas otras cartas sin abrir.
Ji Hoon, al observarlo, solo soltó una risa y negó un par veces, luego comenzó a tomar su taza de té.
Myung Ho se sienta enfrente de él y se apoya sobre sus codos para verlo.
- ¿Qué has sabido de Seul Hee? -
-No, no, no, no- comienza a negar expresamente con su rostro, mientras sus cachetes y sus orejas se tornan un rojo intenso. -No vamos a hablar de esto, no te daré el gusto, solo déjame tomarme el té tranquilo, es más, te pago para que te calles-
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Cuentos de una hermosa juventud (SEVENTEEN)
FanficEn una realidad alterna, donde aún vivían los magos, los reyes y las criaturas fantásticas exploraremos las vidas de 13 jóvenes y cómo ellos se abren paso entre incertidumbres, alegrías, rechazo y amor. Trece capítulos dónde podrás aventurarte en si...