EPÍLOGO (Valoración Conceptual)

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Juventud divino tesoro
Te vas para no volver

Ruben Darío escribía estos versos para explicar de hermosa manera el amor y las tribulaciones que encontró en su juventud. Y es que cuando somos jóvenes todo lo vemos como grandes sucesos, tenemos grandes emociones y grandes ilusiones, pero por consecuencia tenemos grandes desilusiones y grandes tristezas.

Y es que es obvio, cuando somos jóvenes queremos probarlo todo, de hecho, estamos específicamente diseñados para que en nuestra juventud deseemos probar las cosas, no es de sorprenderse que muchos hayamos tomado decisiones cuestionables. Pero las personas no tomamos malas decisiones porque seamos tontos, lo hacemos porque somos humanos.

Juventud divino tesoro
Te vas para no volver
Cuando quiero llorar, no lloro
Y a veces lloro sin querer

Empecé a escribir esta historia a partir de un descubrimiento que hice de mí y de la psicología en general, muchos de nuestros problemas (como la ansiedad, la depresión, la dependencia y otros padecimientos psicológicos no relacionados directamente con la neurología) se desarrollan o se mantienen gracias a una baja autoestima.

Los personajes, aunque no todos tienen un difícil autoconcepto, si los construí pensando en problemas reales que vivimos las personas reales. Estos personajes atravesaron el duelo, el rechazo, la opresión, la intimidación, el miedo, el odio y más, pero su historia no se reduce a ninguno de esos conceptos.

Los trece crecieron de manera independiente y si no lo hicieron en la obra, Won Woo nos recordaba cada vez que podía —Aún hay esperanza— porque el personaje de Seung Kwan se creó para desafiar el autoconcepto, porque muchas veces se nos olvida que somos más de lo que creemos, se nos olvida que tenemos magia dentro de nosotros.

Cuando quiero llorar, no lloro
Y a veces lloro sin querer

Si lloraste conmigo al leer alguno de los cuentos probablemente sea porque empatizaste con más alguna de las historias o porque simplemente querías hacerlo. La juventud es contradictoria se espera mucho de nosotros, pero no hay mucho que podamos hacer. Opino que llorar está bien y llorar sin razón es entender que hay cosas que el corazón no termina de entender, y también está bien.

El poema de Ruben Dario, o más bien esos versos, me reconfortan cada vez que siento que lo que estoy viviendo es absurdo para mi, me ayudan a recordar que estoy joven y que no tengo la obligación de poder con todo por mi cuenta.

Por eso a los 13 les puse uno o dos amigos, alguien que los acompañara o que esperara por ellos. Espero que en tu vida exista por lo menos una persona a quien consideres tu compañero de viaje, porque saber que alguien piensa en ti siempre será de ayuda.

Incluso me gustaba la idea de retratar diferentes consanguinidades, no todas las familias son malas, pero también sé que hay familias no tan buenas, así que por si no lo has escuchado hoy: yo te creo.

Finalmente, te invito a hacer de tu juventud un cuento, que a pesar de que existan las dificultades se pueda respirar la magia de la esperanza. Vive una hermosa juventud, llena de magia. Lo hermoso de la vida es que es efímera, por eso recuerda que el sufrimiento tampoco es eterno.

Gracias por acompañarme en este viaje. Nos vemos en nuestros siguientes cuentos.

Cuentos de una hermosa juventud (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora