Capítulo 26: Cristina

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Muy fría para ser primavera, con nubes tapando cada centímetro del sol y viento sería como ese día comenzaba.

Aquella mañana en la que la coreana caminó hacia la cafetería para encontrarse con Rosé antes del primer timbre del día. Sabía que no tenía tiempo que perder y debían poner el plan en marcha.

— Amor, justo a tiempo. — Sonrió nerviosamente.

— ¿A tiempo? ¿Para qué?

— Lisa; le dije que viniera a la cafetería porque quería hablar con ella.

— ¿Ese era tu plan? — La rubia asintió. — ¿Nada más?

— Eh... ¿Sí? — Respondió.

— ¿Y por qué lo hiciste ver tan misteriosa o lo que sea anoche? Dios, Rosie, casi ni podía dormir por los nervios. — Rio.

— Ese era el plan. — Le guiñó un ojo sutilmente y ladeó su cabeza ligeramente al escuchar una voz familiar llamarla.

— Hola, Rosie. — La saludó ella. Rosé volteó para mirarla y cuando lo hizo más a detalle, notó ojeras en sus ojos, no pudo evitar preocuparse un poco pero decidió no mencionar nada. — Hola Jisoo.

— Hola, Liz. — Saludó La mayor después de que la neozelandesa le sonriera. — ¿Cómo estás?

— Todo  bien... ¿Qué tal ustedes?

— Pues nosotras bien... pero justo por eso te llamábamos. — Dijo la neozelandesa y asintió al ver a la menor confundida señalándose a sí misma dubitativamente. — Te haré la pregunta otra vez... ¿Cómo has estado?

— Ya, Rosie, esto no es un puto programa de detectives. — Interrumpió la pelinegra para tomar la palabra. — Esta es la cuestión: Lisa, sabemos que algo pasa contigo, al principio pensé que eran sólo las locas ideas de mi mejor amiga y... la cabeza hueca de mi novia pero. — Rio al ser interrumpida por Rosé que le dejó un golpe en el hombro, haciendo reír también a la tailandesa. — Pues nos hemos dado cuenta que has estado un poco desanimada últimamente y... no sé, simplemente se nos hace raro.

— Lo que queremos decir es que estamos preocupadas por ti y queremos que sepas que si necesitas algo puedes decirnos. Sí, es cierto que nos conocímos por Jennie y así pero siempre puedes confiar con nosotras pase lo que pase. — Le aclaró la rubia. — Dicho esto... ¿Te encuentras bien, Liz?

— Estoy bien. — Sonrió falsamente ella. — Es sólo... es mucho cansancio, volar allá, regresar acá, las maletas... es todo un trabajo pero estaré mejor. — Intentó despreocuparlas. — Gracias, en verdad aprecio mucho poder contar con ustedes... ¿Es todo lo que me iban a decir?

La mayor miró a su novia algo desconcertada y esperó por su siguiente movimiento, por su parte no sabía cómo reaccionar.

— Sí... sí, sólo eso. — Respondió Rosé levantándose del suelo y jalando la manga del suéter de la coreana para que la acompañara. — Que estés bien, Liz.

Y en ese momento se alejó tan rápido como pudo de la menor mientras la miraba de reojo; claraente mentía.

— ¿Y? — Preguntaba Jisoo.

— ¿Y? Es obvio que está mintiendo...

— No lo sé, Rosie... capaz, mira, no digo que estén mintiendo, sólo digo que las cosas a veces no son lo que parecen.

— ¿Qué?

— Ya estuvo divertido jugar al interrogatorio o lo que sea... pero se acabó; no podemos estar metiéndonos en las vidas ajenas, ¿De acuerdo? Esto es un problema de Lisa y que... bueno, también involucra a Jennie y ambas ya saben que nos tienen para apoyarlas y todo eso... pero ahí queda, no son unas niñas, tienen que aprender a solucionar sus problemas y ese tipo de cosas. — La rubia suspiró profundamente antes de responder.

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