El poder de una mirada

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-Han pasado ya tres días desde que paso aquello y no he vuelto a hablar con Luke, lo culpo de todo, si él por una vez me hubiera antepuesto a su trabajo eso nunca hubiera sucedido. Y a la vez mi cabeza no para de dar vueltas alrededor de Alex, aún no sé lo que siento por él o si siquiera realmente son sentimientos o solo es el cariño de tantos años. Estas últimas noches me he estado quedando en su casa, sinceramente con ellos dos es con quien más me siento a salvo, me quedaré en su casa un tiempo, ya que tuve una larga y dura discusión con mis padres y no estamos en nuestro mejor momento. Pero bueno, mejor os cuento lo que paso para que podáis entenderlo mejor.

-Buenas cielo-me dijo mi madre después de llegar de casa de los chicos. -Hola, mama- dije con voz muy suave y aligerando el paso hacia mi habitación. -Pasa algo cariño?, estás un poco rara- y bueno, yo en ese momento ya caí y comenzaron a caer lágrima tras lágrima sobre mis mejillas y acabé contándole todo lo sucedido aquel día. Ella con ojos de preocupación y a la vez incluso me atrevería a decir que decepción. El problema con Luke es que al conocerlo tras mucho tiempo yo creo que se había convertido en un segundo hijo para mi madre y ella lo defendía delante de todo y todos incluso me atrevería a decir que a veces antes que a mí, la cual cosa hizo que esa situación se complicara mucho. -Cariño, seguro que Luke no quería que eso pasara, además de ser tu novio, es policía y se dedica a proteger a los demás- me dijo intentando justificar a Luke. -Mamá, por favor, déjalo, no quiero hablar de él, cuando más lo necesitaba no estaba así que porque querría que estuviera ahora-dije yo molesta. -Aria por favor, primero que todo cálmate, mejor lo llamo y que venga y hablamos con el , todo se puede solucionar- me dijo mi madre cogiendo el móvil.-Mama, basta, no quiero hablar con él y menos verle-dije ya empezando a enfadarme. Ante mis palabras mi madre hacia oídos sordos y continuaba intentando llamarle y no sé si fue el cansancio, el enfado o la impotencia, pero cogí una mochila y empecé a llenarla de ropa sin siquiera mirar a mi madre.-Que haces hija?- me dijo preocupada con el móvil en la mano.-Voy a ir a casa de los chicos un tiempo, necesito aclararme las ideas- dije todavía sin mirarla. - Pero, hija...-me dijo con dolor en sus ojos. En ese momento mi corazón se encogió tanto que me costaba hasta respirar, pero solo podía pensar en salir de allí.-Mama, siempre lo preferiste a él, eso lo sabía, pero esperaba que por una vez me apoyaras a mí, a tu hija- dije de espaldas hacia ella sin mirarla y con lágrimas en los ojos.


En cuanto salí de mi casa me senté en un banco a intentar relajarme, ya que no quería que los chicos me vieran así y se preocuparan. Poco antes de llegar llame a Aiden para avisarle, me dolió, pero le mentí, le dije que mis padres se iban de viaje un tiempo y que no quería estar sola, él como siempre no puso ningún problema así que me dirigí a su casa.

-Hola chicos- les dije a los dos que estaban sentados en el sofá jugando a la Play.-Hola?-respondió Alex confuso.-Ay sí, se quedara en casa un tiempo, ya que sus padres se han ido de viaje-dijo Aiden mirando hacia Alex. En ese momento Alex levanto la mirada de la televisión y se quedó mirándome fijamente, en el fondo yo ya sabia que él ya lo sabía todo, desde muy pequeños siempre ha sabido cuando me pasaba algo antes que nadie -Si no tienes problema claro-dijo Aiden tras el silencio incómodo. -No, nunca me es un problema que ella esté aquí-dijo aun mirando intentando saber lo que pasaba realmente.

Comencé a poner mis cosas en la habitación de invitados pese a que sabía que acabaría durmiendo con Aiden como pasa siempre. Dé repente picarón a la puerta y entró Alex, el cual se sentó en la cama mirándome fijamente esperando a que yo comenzara a explicar lo que pasaba. Y bueno, como ya dije antes, él siempre era para mí un lugar seguro así que comencé a llorar.-Otra vez lo ha escogido a él, no?- me dijo levantadose de la cama y acercándose a mí. Solo asentí con la cabeza. Entonces él se acercó más a mí levanto mi cabello para sujetarme la nuca y así empujarme hacia su pecho dándome así un beso en la cabeza.-Está todo bien enana-me dijo susurrándome al oído. Todo el resto del día fue bastante normalito, vimos una película y nos fuimos a dormir. Durante los siguientes días recibía llamada tras llamada tanto de mi madre como de Luke, las cuales solo apagaba.

Un viaje hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora