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Elizabeth

—debería organizar mi habitación —comenté a la ligera cuando ví a belly esquivar cada cosa que había en el piso.

—tranquila, mi habitación está igual —dijo indiferente mientras se veía en el espejo.

era el día del torneo de voleibol, así que belly estaba en mi habitación alistandose como tradición de todos los torneos. Taylor vendrá, así que este año estaré viéndolas.

gracias al universo, ya que el verano pasado fui a rematar y terminé matando a mi tobillo.

bajé sin murmurar algo hacia la cocina, sabía cuánto necesitaba la proteína para el día.

me puse de puntillas tratando de alcanzar el gran pote de proteínas, pero era en vano. Hasta que una mano tomó mi cintura, y la otra alcanzó el pote. Aún sin darme la vuelta, sabía quién era. Tomé el pote mientras salí de su agarre, para buscar un paso y llenarlo de agua.

—¿gracias? —murmuró.

mordí mis labios tratando de ocultar mi sonrisa.

—hoy estás muda, lo entiendo —se apoyó en la pared más cercana a mí.

terminé de mezclar el polvo con el agua, así que me acerqué para lavar lo que había ensuciado e ir hacia las escaleras. Pero su mano me lo impidió, así que lo miré por primera vez en el día.

—no me has dicho nada y es extraño. Muy —aseguró.

—¿tanto me extrañas? —pregunté divertida.

—extraño que me jodas, eso extraño —sonreí.

—bueno, si me das un permiso tengo que llevarle...

—¿con quién irás al baile? —me interrumpió.

—aún no lo sé —respondí frunciendo mi ceño.

—irás conmigo —afirmó.

¿qué?

tampoco me negaré, será un gusto verlo bailar.

—¿en serio te estás ofreciendo? —pregunté.

—con quien más irías, ¿con Jeremiah? —preguntó con cierto aire de superioridad.

—de hecho, estaba pensando en preguntarle —mentí.

él asintió mientras mordía su mejilla interior. Aflojó su agarre, pero al ver que no tenía intenciones de irme, suspiro.

—sabes que es mentira —me acerqué para dejarle un beso en sus comisuras— aceptaré que seas mi pareja por una noche.

él sonrió colocando sus dos manos en mi cintura.

—nadie se resistiría a mí —rodó sus ojos divertidos, haciendo que suelte una carcajada.

—¿Eli? —me llamó belly en el último escalón.

—dime —me solté del agarre de Conrad, para que ella me viera con una sonrisa.

—justo te iba a decir eso —señaló el vaso— gracias.

subió nuevamente a la planta de arriba con su vaso, a lo que suspiré. Conrad me vió divertido.

—cállate —lo miré de mala manera.

él levantó las manos en forma de rendición, pero esta vez con la sonrisa al igual que su mirada.

—no iba a decir nada de igual manera.

—no te creo, Conrad Fisher —entre cerré mis ojos.

—¿no? —se acercó a mí— pues...

tres toques en la puerta lo interrumpieron, caminé hacia ella y estaba Taylor con una sonrisa. La abracé casi de inmediato al igual que ella a mí.

FALSE GOD | CONRAD FISHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora