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Elizabeth

la noche anterior Conrad me había invitado a pasarla en su habitación, a lo que accedí.

desperté con su mano en mi cintura, mi espalda pegaba con su pecho mientras él apoyaba su cabeza en la mía.

me rodé quedando cara a cara, viéndolo como estaba con su ceño suavizado y se notaba como estaba plácidamente dormido. Pasé mi mano por su mejilla, acariciando suavemente de esta. Para después con la yema de mi dedo índice pasar por toda su mandíbula hasta llegar la comisura de sus labios. Estos estaban entreabiertos, pero aún así no quitaban lo suave y rosados que se veían. La mano en mi cintura se apretó haciendo que mi vista subiera a los ojos de él, me estaba viendo con una semi sonrisa.

—me gusta que hagas eso —dejó un beso en mi frente, para luego volver a su posición inicial.

—¿qué cosa? —subí mi mano a su pelo, acariciando de este.

—que detalles cada cosa de mí —besó mis comisuras— es lo que he hecho todo el tiempo contigo.

estuvo a punto de besarme, pero un toque de la puerta lo alertó. Se paró de la cama abriendo la puerta, pero solo sacando su cara.

—hola, ¿Lili está aquí? —escuché la voz de Jeremiah afuera.

me paré para quitar a Conrad de la puerta y asentir.

—¿qué pasa?

Jeremiah me miró de pies a cabeza con su boca en forma de una "o".

—solo quería recordarte que hoy tienes la práctica del baile. No puedes faltar —una sonrisa divertida se asomó en su rostro.

—está bien, ahorita bajo —y sin esperar algo más, cerré la puerta.

—sabías que aún tienes mi suéter, ¿verdad? —sonrió señalando mi pecho.

bajé mi vista hacia este, y era verdad. Aún seguía con su suéter.

ayer había tomado un suéter aleatorio de su clóset y había quitado mi vestido, tirándolo en el piso.

—mierda —mascullé buscando mi vestido con la mirada.

—ahora lo mal pensará todo —agregó.

bufé tomando mis cosas.

—me voy —avisé tomando la manija de la puerta, pero él me lo impidió con su ceño fruncido.

—¿no te falta algo? —en su mano izquierda tenía mi collar.

justamente el que él me había dado de cumpleaños: el infinito. Lo tomé y lo besé suavemente en sus labios mientras abría la puerta.

salí viendo si no había nadie en el pasillo, para después correr hacia mí habitación cerrando la puerta con seguro. Tiré mi ropa a un lugar aleatorio de mi habitación, deje mi collar en mi tocador y tomé lo necesario para ir a ducharme.

cuando iba a salir, belly se veía decida para tocar mi puerta. Sonrió cuando me vió abrirla.

—¿nos vamos? —frunció el ceño cuando vió que no estaba lista.

—¿y si primero vas tú y luego yo? es que me quedé dormida —me excusé a lo que ella asintió.

—está bien, te espero allá.

suspiré cuando bajó las escaleras.

diez o quince minutos después, estaba lista. Así que Conrad se ofreció a llevarme.

—¿cuándo cambiaste de auto? —pregunté asombrada viendo la hermosa camioneta negra que tenía en frente, dando dos palmadas en esta.

—hace unos meses —respondió abriendo la puerta de copiloto para mí.

FALSE GOD | CONRAD FISHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora