Volver a ti ⟦ Fooriana ⟧

CAPÍTULO I - VOLVER

—¡¿Qué mierda es esto, Slime?!— grito desesperado Mariana al ver a su querido esposo en pleno acto sexual con otra persona. 

—¡M-Mariana!— se separó rápidamente de su amante a medida que se cubría. —¡¿Tu que haces aquí?!—

—¡Vivo aquí, mamahuevo!— lanzó su maleta contra el suelo con evidente enojo. —Además, ¡¿Quién es este hijo de puta?!— se acercó al desconocido para poder encararlo ya que este se estaba vistiendo mientras le daba la espalda, sin embargo Slime se habia puesto en medio de ambos. —Slime...—

—¡Él no tiene nada que ver!— grito en la cara de su esposo. —¡Tu tienes la culpa de que yo haya llegado a esto!— hasta había comenzado a llorar. —Después de que falleció Juana Flippa decidimos unirnos más que nunca... ¿Y qué hiciste tú? ¡Solo abandonarme por semanas sin decirme nada y sin importarte cómo me sentía!— sin esperar su repuesta lo empujó fuertemente, haciendo que este cayera al suelo. Mariana no podía creer todo lo que estaba escuchando, quedó cabizbajo, mirando hacia el frente, tratando de procesarlo todo.

—Yo me voy de aquí— habló aquella persona antes de tomar sus cosas e irse de ahí.

—Pierre...— susurro Slime al ver como su amante se iba del lugar. Estaba por reclamarle a su esposo, sin embargo al verlo en aquel estado comprendió que en realidad la había liado. —Mariana, y-yo ¡Lo siento! ¡Solo fue un maldito impulso!— rio nerviosamente antes de arrodillarse para poder ayudarle, sin embargo el otro le ignoró mientras se levantaba. —Mariana...—

—A mi también me dolió la muerte de Juana Flippa... Pero no por ello hice esto— habló refiriéndose a la evidente infidelidad. —Así que no pongas excusas, no me eches la culpa a mi y sobre todo... No te hagas la víctima...— fue lo último que dijo antes de dedicarle la mirada más seria del mundo, demostrando todo el odio, tristeza y rencor que estaba sintiendo en ese preciso momento. Parecía que apenas había procesado por completo la situación. —Me fuiste infiel Slime... Y eso es algo que no voy a tolerar—

—P-Pero Mariana...— intentó acercarse nuevamente, queriendo agarrarle el brazo.

—No vuelvas a acercarte a mí, jamás— sentenció y sin esperar a que este le respondiera dejó el anillo de bodas en la mesa más cercana antes de tomar sus cosas y comenzar a caminar a la salida.

—¡Mariana!— el mencionado escuchó el grito desesperado de su "esposo", pero esto ahora ya no lo iba a detener.

Corrió y corrió lejos de aquel lugar que solía llamar hogar, hasta que llegó a un pequeño parque, mismo donde se detuvo y se sentó en una de las bancas, mirando hacia el frente. Observando de un lado al otro, esperando que no hubiera nadie a su alrededor. Al percatarse de que estaba solo, terminó por dejarse caer en aquellos sentimientos.

—Maldita sea...— susurró al dejar libres las amargas lágrimas, sintiendo como su pecho dolía con intensidad. Lo habían traicionado y humillado en su propia casa. —Mi Slime...— cubrió su rostro con ambas manos, sollozando sin pena alguna, queriendo quitarse el corazón ahí mismo para poder aliviar ese dolor.

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Después de haberse calmado un poco decidió ir al bar más cercano. Había llegado a la conclusión de que la mejor manera de olvidar sus problemas en ese momento era perderse en el alcohol.

Al llegar agradeció que no había tanta gente y mucho más al notar que no había ningún conocido dentro del lugar, o al menos eso creía. Cuando llegó a la barra, dejó sus cosas en el piso antes de mirar al bartender.