Volver a ti ⟦ Fooriana ⟧

CAPÍTULO XIII - CONFRONTAR

—V-Vegetta...— susurro al encontrarse con la última persona que pensó que podría tener frente a su casa. —¿Qué haces aquí?...— contestó un poco a la defensiva a pesar de tener aquel sentimiento de culpa en su ser, no podía dejar que también había algo más dentro de él, aquello que jamás quiso aceptar y que ahora por alguna razón había brotado con tan solo volverle a ver: La envidia, ya que a pesar de todo sentía que Vegetta le había quitado al amor de su vida.

—Necesito hablar contigo...— a pesar de todo, el oji violeta no se noto ofendido por su comportamiento, todo lo contrario, parecía que necesitaba hablar con el castaño.

—No sé si sea buena idea— pero aun así, este no quería ceder, no le importo la razón por la cual Vegetta estaba ahí ni el como pudo encontrarlo, lo único que quería era no verlo más. —Será después, ¿si?— sin esperar a que este le respondiera estaba dispuesto a cerrarle la puerta en la cara, pero al escuchar las últimas palabras de este todo cambió por completo.

—Se trata de Foolish...-

El castaño se quedó pálido, mirándolo sin saber que hacer o decir a continuación, el volver a escuchar el nombre de Foolish le hizo sentirse raro, siendo invadido por un golpe de suma nostalgia. Al estar en soledad quiso reprimir todo sentimiento del pasado a pesar de todo, sin embargo al tener a Vegetta aquí su mente dio un giro completo, mismo que le obligó a dejar pasar al pelinegro y así poder saber que podría estar pasando con el híbrido.

—Tienes una bonita casa...— susurró Vegetta mientras dejaba sus cosas en el piso, Mariana le respondió desde la cocina.

—Eh, si... Gracias— a pesar de todo, no iba a negar que le resultaba un poco incómodo el tener a la persona que antes admiraba tanto y que llegó a traicionar solo por un amorío que al final nunca tendría un desenlace feliz; y que ahora estaba culpando injustamente al pelinegro por regresar, a pesar de que Mariana fue el primero en interponerse en su noviazgo. El castaño debía tener compostura y calmar aquellas emociones explosivas, ya que lo último que quería era tener una pelea con Vegetta. Suspiró profundamente antes de volver a la sala y hablarle amablemente. —Hice un poco de café, ¿quieres una-...—

—Demasiado bonita como para que la hayas hecho solo tú— pero parecía que Vegetta tenía otras intenciones, ya que cuando volvió Vegetta se había levantado de su asiento. —Foolish te ayudó a hacerla, ¿verdad?— hablaba arrogantemente a medida que se acercaba a él, mirándolo con un poco de molestia e incluso celos en él.

—Aunque no lo creas, yo solo pude construirla— provocando así que Mariana también se pusiera de esa forma, cruzándose de brazos al tenerlo frente a frente, usando una pose un tanto arrogante y amenazante, aprovechándose por completo de su altura, queriendo provocar al mayor. —Y si Foolish me hubiese ayudado, ¿A ti qué te importa?— soltó sin mas, esperando con ansias la reacción de otro.

Una tensión comenzó a crecer en ambos, un movimiento en falso y esto podría llegar a convertirse en una enorme discusión; y con ella hasta los golpes podrían llegar, todo dependía de lo que el oji violeta dijera a continuación.

—A ver...— a pesar de que él fue el primero en iniciar esto, su comportamiento había cambiado drásticamente, desviando la mirada antes de volver a hablar. —Lo que menos quiero ahora es pelear— fue lo único que dijo antes de volver a su lugar. —Y si, quisiera café por favor—

Mariana ya estaba preparando las palabras justas para poder encarar al mayor, sin embargo al ver que este se había calmado optó por hacerlo de igual forma, porque al final esto no llevaría nada bueno y eso es algo que el castaño sabía.

—Está bien...— respondió antes de volver a la cocina y poder calmarse. A pesar de querer correrlo de su casa, no iba a negar que aun quería saber que pasaba con Foolish, terminando así por comerse todo su sentir antes de llevarle su café. —No sé cómo te lo prepares tú, pero agregue la cantidad de azúcar que normalmente Fool le pone— aunque al final un comentario cínico había terminado por salir de sus labios.