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El enorme parque se alzaba majestuosamente en el cielo, avanzando hacia donde Tamako se encontraba. Gigante y Suneo daban vueltas alrededor de la nave de Mercy, observándola con fascinación.

Suneo acercó lentamente su dedo a la nave, rozándola con suavidad. —Es increíble...,— murmuró, retirando su tembloroso dedo. —Esto promete una nueva — agregó muy emocionado ante la idea de volver a tener la vivencias que tuvieron cuando eran niños.

Gigante asintió, pero luego frunció el ceño. —Sí, pero como siempre, Nobita no nos dijo nada y quiere quedarse con toda la diversión para él solo,— comentó, recordando con amargura las veces que Nobita había internado dejarlos fuera de sus planes.

Shizuka soltó un gruñido, expresando su enojo. —¿En serio hablan de una nueva aventura con Nobita después de todo lo que le hicimos?— murmuró con vergüenza y frustrada por la falta de consideración de sus amigos.

Gigante restó importancia a las preocupaciones de Shizuka con un gesto de la mano. —Nobita no está aquí ahora, pero seguro que lo encontraremos en algún momento y podremos disculparnos con él—, afirmó confiado, sabía que no los enviarian de vuelta a casa una vez que estuvieran en medio de la aventura, sin importar si los perdonaba o no.

Shizuka rió con ironía. —Parece que olvidas que Mercy y Connie estuvieron aquí ese día, además, son amigas de Nobita, y él seguramente ya les contó todo lo que hemos hecho,— les recordó, convencida de que la única razón por la que aún no los habían echado era porque Connie está demasiado ocupada.

Gigante y Sueno la ignoraron, ninguno estaba dispuesto a irse no cuando esto era la oportunidad de vivir algo emocionante algo que ya no habían vivido luego de que Doraemon regresara al siglo XXII

En la sala de controles, Connie tecleó las coordenadas mientras observaba a Mercy. —Así que no eres de la Tierra,— comentó mientras ajustaba el curso para asegurarse de que el parque no chocara con nada. Doraemon también prestó atención, intrigado por esa incógnita.

Mercy sonrió débilmente ante el comentario de Connie. —Lamento no haberte dicho antes, en efecto, no soy de la Tierra. Llegué hace un par de meses respondiendo al llamado de mi hermana para hacerle compañía a Nobita,— confesó, sintiéndose un poco dolida por la posibilidad de que Connie reaccionara mal ante esa revelación.

Connie sonrió, —Soy del siglo XXII, durante ese tiempo los humanos ya conviven con seres de otros mundos. Aparte de eso, somos amigas, no importa de dónde vengas—, dijo alejándose del teclado.

Mercy la abrazó, —Más que amigas, yo diría cuñadas—, dijo, provocando que Connie se sonrojara.

Doraemon sonrió, —Me alegra mucho que se lleven bien, pero aún tengo preguntas—, dijo, llamando la atención de las dos jóvenes, —no entiendo por qué habrían de tener retenido a Nobita—, mencionó el robot niñera.

Mercy suspiró y decidió darles la versión corta. La joven rubia comenzó a contarles lo mismo que Nova le había dicho a Nobita tiempo atrás, —Se enteraron y seguramente creen que Nobita es un extraterrestre. Piensan que quiere hacer algún mal, por eso lo tienen retenido—. Mercy volvió a suspirar, —Lo cual es irónico considerando que toda nuestra existencia se basa en la protección del planeta, en ámbitos imposibles de lograr para las vidas que los habitan—.

Doraemon sonrió con orgullo —sabía que Nobita era especial— realmente el futuro había cambiado —ahora la siguiente pregunta ¿por qué parecen odiar a Shizuka y el resto?—

Connie y Mercy guardaron silencio debatiéndose internamente si debía o no contarle lo que había sucedido.

Connie soltó un largo suspiro —creo que mereces saber...ademas me molesta mucho verlos a tu alrededor como si no hubieran hecho nada— murmuró volviendo a teclear en el panel de control —creo que seria mejor si te lo muestro...el parque tiene una nueva atracción con la cual es posible ver los recuerdos, Nobita la uso, lo que sucedió entre ellos aparecerá en la pantalla—

【】

Órbita de Saturno.

Una enorme nave se encontraba totalmente estática lejos de cualquier radar que podría detectarla, en el interior lo único que tenía era un panel de control parte eso todo era un enorme espacio en el cual se podía ver varias siluetas las cuales gruñian.

Una enorme pantalla desciende la cual se encendió dejando ver a un semi-celestial sin embargo tenía toda su piel cuarteada como la porcelana rota, de dichas cuarteaduras parecía escapar un haz de energía.

—el planeta MNS-3 se encuentra prácticamente frente a ustedes— hablo el semi-celestial con una voz gutural —lo que haremos esta vez es distinto— al costado de él aparecieron varias fotos con lo que parecían ser vórtices —hace aproximadamente un año empezaron a aparecer este tipo de singularidades por todo la galaxia, varias sondas enviadas no dijeron que dichos vórtices conectaban con universos alternos...universos a los cuales también nos extenderemos—

En ese momento, la nave cobró vida, y una voz femenina, ARIA, una I.A altamente avanzada que podía predecir el futuro, se hizo presente. —Sin embargo, para que eso suceda, primero debemos eliminar a aquel que, en todas mis simulaciones, nos impide avanzar. Incluso si eliminamos a su versión en este universo, de alguna manera, sus versiones alternas nos detienen. En todas las simulaciones, él consigue aliados, forma un ejército y, eventualmente, nos detiene— La imagen de Nobita Nobi apareció junto al semi-celestial. —Para evitar esto, debemos estar en el planeta MNS-3 cuando los vórtices aparezcan. Una vez allí, viajaremos al universo 0000000001 y eliminaremos a su versión prime. Según mis cálculos, esto creará una onda de desestabilización que borrará todas sus versiones alternas—

evitando los radares nos tomara 5 horas llegar al planeta, una vez ahí maten a quien se ponga frente a ustedes — la enorme sala se iluminó levemente dejando ver a varios semi-celestiales con la piel coartada, algunos de ellos se empezaba a transformar en alguna especie de monstruo —no dejen supervivientes, aparte de la semi-celestial— agregó el semi celestial mientras la imagen de Nobita era cambiada por la de Mercy.

【】

De vuelta en el parque.

Doraemon se negaba a creer lo que había visto. —Shizuka no sería capaz...— murmuró, aferrándose a la esperanza de que lo presenciado no fuera real. —Ella no pudo... ella quiere mucho a Nobita— agregó, intentando convencerse de que nada de lo visto tenía sentido.

Mercy se acercó al robot niñera y se inclinó para estar a su altura. —Tal vez sea difícil de creer, pero es verdad— dijo con voz compasiva. —Lo que viste es solo una parte de lo que Nobita ha vivido. Hay más que no está en ese recuerdo... Créeme, Nobita ha pasado por un infierno—.

Connie asintió y se unió a la conversación. —Ahora, ya no sonríe tanto como solía hacerlo. Esos tres ahí afuera no son sus amigos, ni siquiera se pueden llamar conocidos— expresó con pesar. Ella anhelaba ver a Nobita y darle un fuerte abrazo, no lo iba a soltar hasta estar segura de que nada malo le pasaría.

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