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Varios Celestials se encontraban flotando en el cielo, irradiando un poder imponente que llenaba de miedo a cada persona en el suelo. B-Nobita miraba su aparición con una ira incandescente, frustrado por cómo siempre parecían interponerse en su camino. Nova, Cala y Garou emergieron del parque en su forma semi-celestial, sus cuerpos mostrando las cicatrices de batallas recientes. Aunque estaban gravemente heridos, sabían que debían ganar tiempo para que los dos Doraemon modificaran esos cruciales zapatos.

A su alrededor, casi un centenar de semi-celestials se preparaban para la batalla. Esta vez, sabían que debían hacer todo lo posible para derrotar a B-Nobita. Con determinación en sus ojos y poder en sus corazones, se agruparon, listos para el enfrentamiento.

B-Nobita descendió en medio de todos ellos, acompañado por E-Nobita y Mercy. El cielo comenzó a llenarse de truenos, un preludio de la catástrofe que estaba por venir. Varias brechas comenzaron a abrirse en el firmamento, distorsionando la realidad misma. Tres versiones de Nobita, tres manifestaciones de la misma persona en una sola realidad, estaban creando una tensión insostenible en el tejido del universo.

El peligro era inminente. La presencia simultánea de B-Nobita, E-Nobita y Nobita prime estaba empezando a fracturar la realidad, amenazando con hacer desaparecer el universo entero.

El aire se cargó de tensión y energía mientras los cien semi-celestials, incluyendo a Nova, Cala y Garou, se preparaban para enfrentar a B-Nobita, E-Nobita y Mercy. Sus cuerpos irradiaban una energía oscura y etérea, con galaxias visibles en su piel y cabellos ondulantes como llamas cósmicas. La fuerza de su presencia distorsionaba el espacio a su alrededor, creando un espectáculo de luces y sombras en el cielo tormentoso.

B-Nobita, el más poderoso de los tres, avanzó primero, su mirada llena de desdén. Con un gesto de su mano, canalizó energía pura, formándola en una esfera negra que lanzó hacia ellos con una velocidad devastadora. Nova reaccionó al instante, levantando un escudo de energía brillante que apenas logró contener la explosión, dispersando la fuerza del impacto en un destello cegador.

E-Nobita y Mercy se movieron con una sincronicidad perfecta, atacando a los semi-celestials desde ambos flancos. E-Nobita, con su energía en forma de filamentos cortantes, se lanzó hacia Cala, que respondió con un látigo de energía que desgarró el aire. Los dos chocaron en una serie de movimientos rápidos y precisos, cada golpe liberando destellos de poder que iluminaban la batalla.

Garou, con su feroz determinación, se enfrentó a Mercy. La energía de Mercy se manifestaba en formaciones espirales que utilizaba tanto para atacar como para defenderse. Garou, con su estilo brutal y directo, se abrió camino a través de las espirales, cada puñetazo y patada liberando ondas de choque que reverberaban a través del campo de batalla.

Mientras tanto, Nova y los otros semi-celestials se dispersaron, coordinando sus ataques para mantener a B-Nobita a raya. Formaciones de energía tomaban forma de lanzas, escudos y ondas explosivas, creando un espectáculo de poder y estrategia. Sin embargo, B-Nobita demostraba ser una fuerza imparable, desintegrando las defensas con facilidad y respondiendo con ataques de una magnitud devastadora.

El cielo se oscureció aún más, y las brechas en la realidad comenzaron a expandirse. Cada choque de poder entre los combatientes generaba ondas de distorsión que amenazaban con desgarrar el mismo tejido del universo. A pesar de su valentía y habilidades, los semi-celestials se encontraban cada vez más abrumados por la abrumadora fuerza de sus enemigos.

En un momento crítico, Nova, Cala y Garou unieron sus energías, creando una formación triangular de poder concentrado. Con un grito de guerra, lanzaron una explosión combinada directamente hacia B-Nobita. La explosión resonó como un trueno, y por un breve instante, parecía que podrían prevalecer.

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