Sol

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Desapareció, tanto ella como el recuerdo del sueño. Estaba asustada y confundida pero no sabía por qué. No recordaba nada, todo lo imaginado se esfumó de su cabeza; pero no se preocupó mucho, pues le pasaba a menudo. A todos se nos olvida lo que soñamos, pensó ella. Pero este fue un sueño inusual, me dejó un gusto amargo, definitivamente no fue un buen sueño.
En ese momento empezaron a llegar sus compañeras y también sus amigas. Como todas las mañanas, se saludaron y se contaron las típicas cosas que se cuentan por las mañanas. Y le llegó su turno.
-Y... ¿vas a salir hoy?- le preguntó una de ellas, con un claro tono de complicidad.
-Mmm... si- dijo ella; la emoción la inundó, subió hasta sus mejillas pintándolas de un color rosa, y no pudo evitar sonreír.
-¿Y dónde irán?
Eso era algo que aún no tenían muy definido; sería un parque lo más probable, no necesitaban ir a un lugar en especial para que el momento fuera especial, si estaba con él todo era perfecto.
-Quizás vayamos a un parque, pero no se cuál en específico.

Tocaron el timbre y comenzaron las clases. Todo transcurrió con normalidad, claro que no le quitó lo aburrido y monótono al día, pero de todas formas le agradó el no pensar en esa sensación... Los minutos pasaron más rápido que lo acostumbrado; tocaron el timbre del primer recreo.
-Ya chicas, salgan a recreo- dijo la profesora.
-Déjà vu- dijo ella, un poco confundida por la coincidencia.
-¿Qué cosa?- preguntó su amiga, su compañera de puesto.
-No, nada, es que sentí que ya había pasado esto.
-Así son todos los viernes- le respondió con ironía.
-Sí... puede ser.
Salieron al patio, y como reptiles fueron en busca del sol.

Al filo del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora