Antes de que tuviera que centrar toda (o la mayor parte) de su concentración en prestar atención y entender la materia, tenía breves intervalos de tiempo libre que usaba para pensar, imaginar o dormir.
En el intervalo en que todas llegaban a la sala, se sentaban, se ordenaban y la profesora también llegaba, se dedicó a imaginar, y se dedicó precisamente a imaginar (una vez más) la tarde que pasaría con él. ¿Cómo se saludarían? Las imágenes empezaban a materializarse en su cabeza, y todo se reprodujo como una película.Voy caminando hacia el metro; el cielo está despejado, el sol es cálido, y si bien corre una brisa suave, no hace frío como en la mañana; salí del liceo junto con las demás, pero me fui por la vereda de enfrente para avanzar más rápido y más tranquila; iba mirando todo: desde las copas de los árboles, tan altas y con esas hojas que tanto me gustan, hasta el pasto, verde y recién cortado, en el que se asomaban pequeñas flores silvestres (tan frágiles pero a la vez tan fuertes, crecen donde sea y como sea); ¡cómo me gusta verlo todo!, mirar cada detalle, observar no solo lo externo si no que también lo interno, esa esencia escondida que hace a las cosas tan especiales, tan particulares, tan distintas unas de otras, pero a la vez tan familiares; estoy ansiosa, los nervios me comen por dentro y las mariposas me inundan no solo en el estómago, ahora están por todas partes; pero a la vez estoy tranquila, porque cuando estoy con él todos esos nervios, esas ansias, y hasta la inseguridad se esfuman, porque cuando estoy con él puedo ser quien soy sin preocuparme por nada, porque cuando estoy con él no hay tiempo (y no se necesita) para pensar en sentimientos tan vanos, tan vacios, tan banales como esos, y porque solo pienso en él y en nada más que él. Ya falta poco para llegar al punto de encuentro, y me pregunto si estará ya ahí o si tendré que esperarlo un par de minutos. Al llegar me apoyo en una banca, y justo en ese momento suena mi celular: es él.
-Aló- su voz, su dulce voz, pronto la escucharía en tiempo real.
-Hola, ¿cómo estás?
-Bien ¿y tú?
-Bien también.
-¿Ya llegaste?
-Sí, estoy en el parque, en el lado que da hacia en metro.
-Ah ya, voy para allá entonces.
-Okey, nos vemos, chao.
-Nos vemos.
Entre que cuelgo y guardo mi celular, y levanto la mirada, lo veo y él me ve a mí, y sonrío, en su rostro se dibuja una sonrisa como una luna menguante, esa sonrisa tan linda que tiene, esa sonrisa que me enamoró desde el primer día, esa sonrisa que me llena el alma y me hace sonreír aún más... en fin, él me sonríe a mí...Y hasta ahí quedó, pero no porque se viera interrumpida, hasta ahí la dejó porque así lo quiso, porque quería quedarse con esa imagen de él sonriéndole.
La profesora llegó, saludó y la clase empezó.
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Al filo del fin
AcakEra temprano por la mañana. Ella se preparaba para ir al colegio, se vistió, tomó desayuno, se lavó, ordenó su mochila y, después de despedirse de su mamá, salió a esperar la micro. Era temprano por la mañana, aún estaba oscuro, la gente aún dormía...