Los brazos de Muzan se aferraron a la figura femenina, sin alguna intención de dañarla, al contrario.
— ¿Y si así fuera? — Preguntó en un susurro, uno que hizo que Natalie suspirara.
— Tendría miedo.. — Confesó.
El azabache frunció el ceño, él jamás le haría daño.
— ¿De mí? — Le cuestionó mientras veía como la pelirroja se despegaba de él para sorber su nariz y limpiar una que otra lágrima.
— No.. — Dijo mientras negaba y levantaba la mirada. — De los cazadores y lo que podrían hacer si te encuentran aquí.
Por primera vez, el frío corazón de Kibutsuji se sintió cálido, no pudo evitar sonreír y estirar una de sus manos pata acunar la mejilla sonrojada de su mujer.
— No te preocupes, no podrían contra mí.
Las palabras de Muzan hicieron que algo en la mente de Natalie hiciera "click".
— Entonces tú.. — Se quedó a medias, cediéndole la palabra.
— Hablemos adentro. — Le dijo tranquilo y ambos se adentraron en el cálido hogar de la pelirroja.
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— ¡Es inaudito!
La voz de el pilar del viento hicieron que tanto Tanjiro como los demás pilares lo vieran.
— Una humana conviviendo con un asqueroso demonio, y con el peor de todos. — Shinazugawa apretó los dientes. — Merece la muerte.
— Calma, Sanemi. — La voz pacífica del patrón hizo que el pilar se sintiera avergonzado.
El silencio reinó por un par de segundos antes de que el patrón volviera a hablar.
— Tanjiro, ¿estás seguro de tus palabras?
Los ocho pilares lo vieron esperando respuesta.
El menor suspiró con la mirada baja, no quería que la señorita Amane saliera lastimada pero era su deber como cazador informar a sus superiores.
— Sí, señor. — Habló firme y levantó la mirada. — El olor de Muzan Kibutsuji estaba presente en la casa de la señorita Natalie Amane.
Nunca había pasado algo similar, el tener un lugar que seguramente Muzan visitaba frecuentemente era algo completamente nuevo para todos los cazadores, y era una oportunidad que no dejarían ir.
— Sin embargo.. — Tanjiro volvió a llamar la atención de los pilares, quienes no sabían exactamente cómo reaccionar. — La señorita Amane no es una mala persona, y por el cómo reaccionó, ¡estoy seguro de que ella no sabía que Kibutsuji es un demonio!
— Tonterías, esa mujer merece morir. — Habló esta vez el pilar de la serpiente.
— Sin duda, dijiste que su olor estaba por toda su casa, no me sorprendería que fuesen amantes. — Dijo Uzui, el pilar del sonido, con una pequeña sonrisa en el rostro.
Kanroji se llevó una mano a la boca con sorpresa al escucharlo.
— Que asco. — Shinobu hizo una mueca de disgusto. — Esa mujer no está de nuestro lado.
— ¡No es así! ¡Es una víctima de Kibutsuji! — La voz de Tanjiro se alzó, haciendo que Iguro quisiera ir hacia él para golpearlo, pero fue detenido por Tomioka.
— Suficiente. — Dijo Giyuu, haciendo que Iguro lo viera con desprecio y volviera a su lugar.
— Usted manda, señor. — Por fin habló Gyomei, refiriéndose a el patrón, quien se había dedicado a escuchar sus diversas opiniones.
Tokito miraba todo con un rostro inexpresivo, esperando alguna orden.
— Encontremos a la señorita Amane, pongámosla a salvo. — Habló con calma. — Si Muzan verdaderamente está interesado o tiene algo que ver con ella, la buscará.
Tanto Shinobu como Iguro y Sanemi se mostraron en desacuerdo, sin embargo no hablaban. Por otro lado, Mitsuri estaba del lado de Tanjiro, Tomioka, Tokito y Gyomei parecían indiferentes, mientras que Tengen no podía evitar sonreír al imaginar a la mujer que había llamado la atención de el rey de los demonios, debía ser muy extravagante.
Tanjiro suspiró aliviado, al menos podría proteger a la señorita Amane, aunque, ¿podría hacerlo?
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Holaaaa, bueno, no quería dejar pasar mucho tiempo porque andaba inspirada y ajá, JAHDHAJDHAHHD.
Espero lo disfruten y muchas gracias por leer.💗
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❛ 𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑𝐀 𝐊𝐈𝐁𝐔𝐓𝐒𝐔𝐉𝐈 ┊𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 𝐱 𝐎𝐜 › +𝟏𝟖.
Fanfiction¿Cómo fue que el gran Muzan Kibutsuji se enamoró perdidamente de una simple humana? No lo sabía, cuándo conoció a Natalie supo que sería su completa perdición, su pequeño capricho. Natalie Amane era hermosa, eso era algo que todo Japón sabía, jamás...