Muzan se había abierto con su pelirroja como nunca antes lo había hecho con nadie, le contó todo sobre él, sus pecados, todas sus atrocidades como el rey demonio, todos sus miedos, su meta de conquistar el sol y el deseo de acabar con el cuerpo de cazadores de demonios.
¿Alguna vez se han sentido mal por querer a una "mala" persona? Justo así se sentía Natalie en estos momentos.
El silencio se había hecho presente entre ellos, la menor había escuchado todo a detalle, sin decir ninguna palabra, mientras que el demonio ni siquiera se atrevía a levantar la mirada, temía verla asustada o asqueada, esperaba un fuerte rechazo.
— Mi señor.. — La tranquila voz de la mujer hizo que el azabache levantara un poco la cabeza para verla. — ¿Soy una mala persona?
Muzan frunció el ceño, ella era el ser más puro que había conocido alguna vez en todos sus años de vida, ¿por qué preguntaba algo así?
Él estaba por responder cuando fue interrumpido.— ¿Soy mala por querer quedarme a su lado? — Preguntó viéndolo fijamente. — ¿Por querer ver su victoria contra los cazadores?
Por primera vez, Kibutsuji se quedó sin palabras, no sabía como reaccionar.
— No sé si sólo sea este amor en mi pecho lo que me hace pensar locuras.. pero.. — Suspiró mientras se acercaba y tomaba las manos de el demonio atónito frente a ella. — Yo quiero caminar bajo el sol con usted.
Una sonrisa encantadora hizo que el corazón frío del azabache se acelerara como si de un momento de adrenalina se tratase. En un rápido pero suave movimiento, se acerco para tomar la nuca de la menor y besarla con ansias, uno de sus brazos rodeó su cintura mientras sentía como ella se aferraba a sus cabellos, ¿debería quitarse ese estorboso cabello azabache?
No había tiempo para mucho, el mayor se separó de ella dejándola caliente y confundida.
— Ellos vendrán por ti. — Habló Muzan, claramente refiriéndose a esos asquerosos cazadores. — Natalie, mi hermosa Natalie Amane.
Las manos frías y ásperas de Kibutsuji tomaron las tibias y delicadas de su amada.
— ¿Me seguirías a cualquier lado? — Preguntó, mientras se acercaba a sus labios. — ¿Incluso si eso incluye el no volver a vivir de manera normal?
Natalie pareció pensarlo, lo cuál inevitablemente asustó un poco a Muzan, sin embargo, un beso fugaz lo dejó más tranquilo.
— Te seguiría hasta el mismo infierno. — Le dijo, haciendo que el demonio sonriera mostrando esos peligrosos colmillos, que, a la vista de la pelirroja, lucían malditamente sexys.
Esa misma noche desaparecerían de el pueblo.
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Un suspiro proveniente de Zenitsu hizo que Tanjiro lo viera con curiosidad.
— Tanjiro.. — El menos bajó la cabeza. — ¿Y si es cierto que la señorita Natalie es amante de Kibutsuji?
El mencionado lo vió como si hablara otro idioma y negó en repetidas ocasiones.
— Tú la viste, Zenitsu, era como un ángel, y su olor, era puro y sincero. — Paró un segundo al recordar a la pelirroja. — Estoy seguro de que Kibutsuji la utiliza para sus planes malévolos, es por eso que la rescatáremos mañana a primera hora. — Habló animado el menor.
Mientras Zenitsu aún dudaba de si eso era una buena idea, algo no le daba buena espina.
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Amane había decidido tomar una ducha, Muzan le había dicho que se encargaría de llevar lo necesario a su nuevo hogar. Un suspiro salió de ella mientras secaba su cuerpo, no sentía pena ni remordimientos, lo cuál le provocaba una culpa que la dejaba intranquila, ella solamente quería ser feliz junto al hombre que ahora amaba, ese que le dedicaba pequeñas y muy sutiles sonrisas, el que la hacía temblar con un sólo toque.
Sus ojos se habían cerrado al recordar a su amado, sin saberlo había dejado caer la toalla al suelo, estaba desnuda en medio de su baño cuando una respiración en su nuca la hizo saltar y abrir los ojos abruptamente.
— Tranquila, sólo soy yo. — El azabache la abrazó por detrás.
Frente a ellos había un gran espejo que los dejaba verse tal cuál, con Natalie completamente desnuda y Muzan devorándola por completo con esos intensos ojos rojos. Una de las manos de Muzan bajó desde su cintura hasta su intimidad, tentándola un poco sin dejar de verla fijamente a esos ojos esmeralda que tanto le encendían.
Un suave gemido salió de los carnosos y rosados labios de su mujer, haciendo que su erección se marcara aún más, se frotó suavemente con el trasero de Natalie mientras se deleitaba con sus gestos. Sus dedos se deslizaban sobre sus pliegues mientras su cabeza se dejaba caer sobre uno de los hombros de Muzan, quién con su mano libre la hizo ver el espejo de nuevo.
— Mírate. — Habló con una voz ronca que hizo que Nat se mojara aún más. — Tan necesitada de mí.
Soltó el mentón de la pelirroja para levantar una de las piernas ajenas y dejar a la vista de ambos su necesitada entrada en el reflejo del espejo. Natalie giró el rostro avergonzada, una risa traviesa por parte del demonio la hizo suspirar.
— Vamos a complacerte, mi hermosa reina.
Su mano libre fue directo a la intimidad de la mujer para introducir dos dedos en su interior, estaba tan mojada que entraban y salían con facilidad, haciendo que Kibutsuji tensara la mandíbula. Los gemidos de la menor eran tan excitantes para el mayor, eran su sonido favorito.
— Carajo, estás tan mojada que podría cogerte ahora mismo. — Mencionó mientras un par de venas se marcaban en su rostro, acompañadas de un sonrojo que dejó a Natalie suspirando.
— Mi amor.. — Susurró la pelirroja contra su oído mientras se aferraba como podía a el cuerpo del contrario. — ¡Ah! ¡Dios!
Muzan rió ante sus palabras, no había otro jodido Dios más que él. Era el mismo demonio quien ahora tenía a esa mujer retorciéndose de placer entre sus brazos, unos que podrían acabarla de un momento a otro de así quererlo.
El tan esperado orgasmo llegó al cuerpo de la menor, haciendo que sus dedos se aferraran fuertemente a la cabellera de quién ahora parecía más tranquilo que hace unos momentos. Muzan la sostuvo, mientras sentía como el interior de la pelirroja se aferraba de una forma deliciosa a sus dedos, eso sólo lo excitaba aún más.
— Oye.. — Le habló con algo de pena mientras él la sentaba sobre un pequeño mueble y se daba vuelta para buscar su ropa.
— Dime. — Le respondió con una sonrisa.
— Entonces.. eres mucho más mayor que yo.. — Habló haciendo que Muzan se quedara en shock por un momento y luego soltara una carcajada que contagió a su mujer.
— Muchísimo más, pero eso es bueno. — Se acercó a sus labios, haciendo que la mujer se sonrojara. — Puedo enseñarte muchas cosas.
Oh, y así sería.
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Hooola, seguro pensaban que me iría por otros 80 años verdad.😭
Estaba inspirada y esto salió, no hubo penetrishon en la pussyclin pero se los prometo pronto. JAHSHAHSHHA
Tengo una pregunta, ¿les gustaría que Natalie le hiciera un GOGOGO a Muzan en su forma original o yo soy la única enferma? 😈
ESPERO QUE LO DISFRUTEN, se les quiere mucho a todos.🤍
Pd. Nunca consideré a Natalie un oc, sin embargo creo que es más que obvio que lo es así que ajustaré el nombre de la obra, espero no les incomode.);
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❛ 𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑𝐀 𝐊𝐈𝐁𝐔𝐓𝐒𝐔𝐉𝐈 ┊𝐌𝐮𝐳𝐚𝐧 𝐱 𝐎𝐜 › +𝟏𝟖.
Fanfiction¿Cómo fue que el gran Muzan Kibutsuji se enamoró perdidamente de una simple humana? No lo sabía, cuándo conoció a Natalie supo que sería su completa perdición, su pequeño capricho. Natalie Amane era hermosa, eso era algo que todo Japón sabía, jamás...