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Sonó el timbre dando a entender que era el fin de las clases. Guillermo colgó su mochila en su espalda y con paso lento empezó a salir del salón. Por otro lado, Edson y Alan cruzaron miradas y se acercaron.

–¿Qué pasó?– cuestionó Alan curioso.

–Creo que Andrés está aliado con Guillermo y...están planeando algo...no sé solo quiero escapar, Alan– contestó Edson con un rostro pálido y sus manos no paraban de sudar.

Alan se echó a reír –¿Andrés? En serio que estás bien idiota, el estúpido de Guillermo nunca se aliaria con alguno de nosotros y menos para hacer algo, pero mi pregunta es ¿Por qué dices que están aliados y para qué? Y he de agregar que aparte Andrés anda igual de volado que Guillermo–

Edson se cruzó de brazos y miro de mala manera a Alan –¡Te lo digo en serio! Alan...debemos cuidarnos, no sé si sea Andrés y Guillermo pero esto ya es raro...Guillermo nos está ganando y está siendo más inteligente–

–Pero vamos, estás igual de volado que el Andrés, si claramente hoy le hice creer que tenía superioridad sobre mí...todo imbécil, me deje tirar solo– comentó Alan con ego y su soberbia.

Edson puso sus ojos el blanco y empezó a caminar –Si, claro Alan, hasta querías llorar...ya me voy a mi casa, quiero descansar–

–Cuidate...el Guillermo vive muy cerca de tí, que miedito– dijo Alan entre risas, a lo cual Edson hizo caso nulo y salió de aquel salón.

Todos en los pasillos se murmuraban el nombre de Guillermo, eso era casi siempre y entre risas pero ahora todos lo decían entre cierto terror e incomodidad...algo estaba pasando. Esto hizo que Edson se sintiera incómodo y se le erizará la piel.

Edson salió de la preparatoria y empezó a caminar hacia su casa pero había un pequeño problema, Guillermo camina frente a él. Edson caminaba tratando de no hacer ruido y que Guillermo no notará que estaban solos sobre la banqueta y que en ese momento era alguien fácil de atacar. Suspiró y miraba el suelo.

Por otro lado, Guillermo ya había notado aquella presencia, decidió caminar sin darle importancia pero como primero se encontraba la casa de Edson y más adelante la de él, tenía planeado detenerse en la casa de Edson e ir a tocar la puerta, esto claramente haría que Edson estuviera mejor advertido...parecía ser su primera víctima, genial...

Edson notó que estaba a nada de llegar a casa, faltaban tres casas para llegar así que ya no le importaba si Guillermo escuchaba sus pasos...y empezo a tener un paso acelerado. Pero hubo algo que lo aterró e hizo que su cuerpo se enfriará y tragara saliva; Guillermo se detuvo en seco y camino hacia la puerta principal de la casa de Edson y dió unos golpes desesperados y  con una sonrisa espeluznante. Edson vió eso de lejos y quería correr pero ya no tenía escape si Guillermo decidía atacarlo.

Posteriormente de los golpes que dió Guillermo en la puerta volteó de forma brusca su cabeza hacia donde estaba Edson paralizado.

–¿Qué pasó Edson? ¿No me quieres invitar una taza de té?– cuestionó Guillermo mientras iba acercándose a Edson.

–¡Déjame Guillermo! Lo siento por todo...– Edson se arrodilló, cerró sus ojos con fuerza y junto sus palmas.

Guillermo quería reír a carcajadas ¿Edson suplicándole que no le hiciera nada? Raro, incluso parecía de fantasía aquel suceso –¿Qué pasa? Levántate...no te humilles así, quería ser tu amigo, no te preocupes– hizo un tono de voz que helaba la sangre.

–¡Guillermo! ¿Tú fuiste el que me llamo?– siguió Edson con mucho nerviosismo. Guillermo hizo caso nulo y se acercó a Edson. Posteriormente, Guillermo se hincó frente a Edson y lo abrazo.

–Oyeme muy bien, esto es la ruleta rusa, se sobre romance de la profesora de química y tú– confesó Guillermo con una sonrisa mientras observaba el filo y brillo de la navaja que tenía en su mano derecha.

Edson al escuchar eso, su alma salió de su cuerpo y su cuerpo sudaba en frío–¡No digas nada, por favor!–

–¡Cállate imbécil!–

–O me dices ahorita mismo un secreto de Rafael o te mato ahora mismo...no me voy a esperar a darte el más show que me falta para hacerte caer en locura– condicionó Guillermo mientras acercaba cada vez más la navaja al cuerpo de Edson

–¡Yo no sé ningún secreto de Rafael!–

Guillermo al escuchar eso enterró un poco la navaja en la espalda baja de Edson, cosa que por obvias razones Edson gritó.

Guillermo acarició la espalda alta de Edson –¡Shhhhh! Calma...tienes que saberte uno. De ese secreto tu vida depende de un hilo–

Edson estaba paralizado, su cuerpo temblaba sin parar, en el concreto empezaban a caer unas gotas de sangre. Sobre ellos había rayos de sol. El cuerpo de Edson gritaba que quería fuera de él esa navaja, pero era imposible. El rostro de Edson reflejaba agonía y dolor, pero decidió  reprimir su dolor y se armó de valor –Bueno...– suspiró con dolor–Rafa padece del trastorno de estrés postraumático – mencionó Edson mientras trataba de conseguir oxígeno y tartamudeaba.

-¿Cuál es el trauma?- 

Edson con temor habló -El fallecimiento de sus padres en un accidente automovilístico, donde él sobrevivió... tenía alrededor de cuatro años- 

Guillermo suspiró, guardo la navaja y se separó de Edson –Ves ¿Qué te costaba?- se levantó mientras caía por completo el cuerpo de Edson en el suelo -cuídate mucho Edson–

Guillermo se fue con una sonrisa y dando pequeños brincos para irse a su casa. Por otro lugar, Edson seguía en el concreto, se quejaba del dolor que sentía en su espalda baja pero no sé podía mover. Estaba atónito.. ¿Guillermo lo había amenazado? ¿Está cobrando venganza? Muchas preguntas pasaban por su mente y no tenían respuesta alguna. Los papeles de todos parecía que iban a dar un giro total, Guillermo ahora manipularía y controlaría todo mientras los demás sólo obedecían por ser amenazados. Ahora tenía sentido porque Andrés estaba aliado con Guillermo.

Posteriormente, Edson colocó su mano en dónde había sentido que la navaja había sido enterrada, después observó su palma, la cual estaba llena de ese líquido rojo, quería vomitar por el espesor de la sangre. Su cuerpo empezaba a tomar un color más pálido y en el suelo ya había un charco de sangre bajo Edson. Su cuerpo iniciaba una huelga (debilitarse), y por las náuseas que sentía empezó a vomitar, lo cual sólo era agua, casi no comía y ahora eso está percutiendo. Pasaron algunos minutos y Edson se levantó con lentitud mientras su cuerpo tambaleaba y perdía equilibrio, y entro a su casa. No quería saber nada, sólo le quedaba arrepentirse de sus actos en el pasado y también curarse aquello en su espalda baja. Guillermo ya lo tenía en la mira; lo más seguro es que primero iría contra Rafa y luego contra Edson. Guillermo estaba haciendo una gran jugada, movimientos exactos y estratégicos. Sus peones caerían poco a poco...

𝐑𝐮𝐞𝐠𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora