"Y llevas en tu alma la virginal pureza. Por eso es tu belleza de místico candor"- Perfume de Gardenias (versión) de la Sonora Santanera feat Alejandro Fernández.
A lo lejos pudo deslumbrar el frágil movimiento de la gabardina rosa, se alejaba con un sutil andar. Miguel prácticamente corrió tras él, mientras las calles estaban solitarias y a oscuras, sin ningún auto, Peter espero a que el semáforo le diera el paso aun estando solo.
Miguel le tomo de la mano, y claro que el chico no se sorprendió más bien lo tomo con fuerza, sonriendo ambos caminaron tomados de la mano cuando el semáforo de paso marco verde.
-Tardaste mucho.- decía con cierto descaro, por un momento realmente pensó que lo perdería.
-Me debes todavía por mis dos besos.
-Ah.- le respondió algo decepcionado.
-Ven.- Miguel lo dirigió al hotel, Peter no se opuso al menos tenía otra oportunidad para volver a pedirle su amor.
El castaño apretó con más fuerza la mano de Miguel sin darse cuenta, el moreno volteó con una sonrisa.
-¿Qué tienes amor?
Peter se sonrojó al oírlo tan sereno, negando con su cabeza simplemente lo soltó un poco su tacto sin soltarlo. Pronto llegaron al loby del hotel, uno de los más grandes y elegantes de la zona. Simplemente los empleados veían con gran respeto a Miguel que parecía no ocultar a su peculiar acompañante, que tampoco sin ningún tipo de "pena" parecía ocultarse.
Aún así ninguno de los empleados comentó nada, era costumbre claro, ver a Miguel con ciertos acompañantes noche tras noche. Pero, los hombres que estaban ahí lo veían cautivados, el joven tenía cierto encanto que era indescriptible, una sonrisa lo bastante sincera para provocar tanto deseos de protección como los más bajos instintos. En cambio con las mujeres era bastante diferente, ojos de envidia que Peter trataba de ignorar.
Miguel lo condujo al ascensor, ninguno dijo nada simplemente el castaño se dio cuenta que el moreno apretó el botón del último piso. Una parte de él tenía miedo, hombres ricos, apuestos, con lujos encima de ellos eran un mal augurio pero no se atrevía a preguntarle a que se dedicaba.
-Puedes preguntarlo.- como si leyera su mente, Peter quedó en silencio como si no lo hubiera oído, una cosa era el coqueteo y otra la vida privada.-Soy abogado, se podría decir que en parte soy lo que piensas, trabajo para ellos.- volteó a verlo, pero Peter no parecía sorprendido.
-Podrías ser su guardaespaldas.
-No es lo mismo, ellos me respetan, todos ellos.- entonces Peter bajo la mirada.-No, no consumo nada más que alcohol.
-Que asco.- hizo un gesto soltando una risita que incómodo a Miguel.
-¿Qué hay de ti? Todos tenemos un vicio, un dolor, una vida.
-Esta noche voy a conocer mi perdición.- confesó con una sonrisa llena de pasión hacia el moreno, se abrió el ascensor y claramente Miguel no supo que responderle. Peter tomo la delantera, como si supiera que habitación es, lo traía de la mano al fondo del pasillo, solo había dos suites.-¿En cuál cariño?- le preguntó con lujuria y aun así no perdía la inocencia.
-Izquierda.- sacó la tarjeta y la paso.
Nuevamente Peter lo guío, cerrando la puerta, sin soltarlo lo llevo directo a la cama, sentándolo en el borde acariciando sus hombros por encima de su camisa negra. Peter se sentó en su regazo aun jugueteando sus hombros, su larga y rígida clavícula, con sus labios.
-Eres muy atractivo.
-Ya lo sé.- debía tener la forma de poseerlo pero no en sentido sexual, esa actitud de virgen con su actitud de lujuria era algo difícil de domar. Miguel prefería los silencios pero era cierto que esa voz lo traía perdido.
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Piel Canela.
FanfictionOne shots inspirados en boleros y música romántica mexicana de antaño sobre este bonito ship Park-Hara aprovechando que Miguel es mexicano, ponernos empalagoso no está de más si cantamos un poco uwu. Espero les guste. Dejaré en que canción me inspir...