¿Quién será?

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"¿Quién será la que me de su amor? ¿Quién será? ¿Quién será?" - 

¿Quién será?  de Pedro Infante.

Mientras Miguel recogía todo aquel desastre de papeles en su escritorio encontró algo diferente; un pequeño post-it color azul, él no usaba nada de colores, todas las hojas eran blancas y así debía hacerse. Seguramente a alguien se le habría pasado, tal vez una nota urgente...de hace una semana, pero urgente de todas maneras.

Todos hablaban con él, por supuesto, todos pasaban por ahí. Pocas veces dejaban cosas en su escritorio sin antes revisar aquello, tal vez unos cuantos o los más distraídos, pero todos iban a su paso, hasta el mismo Miles era riguroso a la hora de entregarle algo, pero claro, había algunos, era fácil saber quien podría ser.

Tomó la nota, sin leerla realmente, la tiro directamente a la basura. Sin prestar más de su atención, si era tan urgente o necesario ya se habría enterado, nada de secretos, no con él.

Solo para que, la mañana siguiente, ese post-it azul apareciera pegado a su monitor principal, habíamos dicho que nada de secretos, pero ese...era el mismo escándalo. Bufó al leerlo, ¿Cómo se atrevían?

Para: Miguel O'Hara

De: Tu enamorado.

Primero estaba furioso, aplastó con fuerza el post-it y lo dejó caer. Pero, nunca había visto esa letra, una muy bonita, limpia, bien trazada; luego, por qué un remitente, había algo más ahí, en esos papeles pero había revisado uno por uno. Tomó el papel azul para leerlo una y otra vez, era nuevo, al menos la cinta adhesiva pretendía eso...

Alguien lo había visto; o era una broma muy mala. Esta vez guardo el papel azul en uno de los cajones de su escritorio, solo para darse cuenta que estaba repleto de esos post-it azules, misma letra pero diferentes mensajes.

¿Cómo estás hoy? -esperando a que contestará, dejará esa nota y recibiera respuesta.

Te he visto muy molesto, siempre puedes hablar conmigo :)

Hacia todo eso con todos ellos, y no le servía mucho que el extraño se manejaba como neutro, ni hombre ni mujer.

Te voy a dar una pista si quieres conocerme.- decía la última nota.- Ojalá pudiera acercarme un poco más a ti; pero apuesto lo que quieras a que me verías raro. Siempre me ves raro. Me preguntó que pensarás de mi, a los demás no los ves como a mí, lo sé.

Estaba tan confundido, molestó para él no había diferencia entre nadie, por nadie. Lanzó un grito ahogado, necesitaba comer algo. Siempre estaba enojado, todas horas, todo el día, entró al comedor sin darse cuenta claro, de esos dos, hasta que la oyó.

Una risita inconfundible, tierna y noble, llena de alegría y de todas formas era una risita ignorante. Ella que podría entender. Cada que la escuchaba, que la veía, que la tocaba, su corazón se le revolvía en un vuelco más dulce, un torbellino fresco, un frío que le helaba los huesos y aun así, ella calentaba su más puro amor.

Siempre me ves raro, a los demás no los ves como a mí.

Miguel la miro, en los brazos de su padre claro, que la mimaba siempre, tan tontamente, no le hacia nada de bien a ella. Y de todas formas, lo envidiaba.

-¿Qué ocurre?- preguntó Peter al darse cuenta que Miguel lo veía a tres metros de distancia.

-Ya te dije que no la traigas.

Piel Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora