Cien años pienso en ti.

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"Te vi sin que me vieras, te hablé sin que me oyeras. Y toda mi amargura se ahogó dentro de mí."- 100 años (versión) de Pedro Infante.


Por largos momentos, tenía la sensación necia de voltear a verlo. Había tardado tanto en hablar, solo para aceptar lo obvio, que lo amaba.


Pero él ya había hecho su vida, busco una pareja formal mientras que Miguel seguía "protegiendo" a otros; salvó su matrimonio mientras Miguel se encerraba en el cuartel.
Había conocido a personas increíbles, mientras Miguel las perdía... Y claro, la pequeña en sus brazos era su adoración mientras que Miguel seguía esperándolo... Así pasarán cien años.

-¿Miguel?- pregunto una joven Spidey esperando respuesta del mayor.

Miguel observaba con el rabillo de sus ojos, al deprimente Spiderman. Al que lo había evitado todos estos años; ahora sombrío mientras que Miguel parecía el ser de luz que emanaba empatía.

-¿Estás bien?

-Sabes que Gwen, tienes razón.- bajo la mirada.

¿Cuántos años habrían pasado? El soportaría esperarlo toda su vida, así fuera una miseria, una eternidad, solo unos minutos, unas horas, un año o cien años. Pero ya no lo soportaba, necesitaba sacarlo de él, la vida se le iba de las manos y claramente había cierta preocupación.

Peter está actuando raro desde hace una semana. Solo se sentaba a vigilar, sin hablar, sin ser el molesto. Lo ignoraba todas las mañanas, tardes y noches. Ni siquiera lo miraba. No como antes que era el primero en darle los buenos días o en hacer cualquier tonto comentario de cualquier cosa.

Miguel suspiro. Gwen comprendió entonces, era tan obvio. Miguel siempre le había querido, pero era tan cobarde para admitirlo. Todos los Spiders sabían que el líder máximo compartía un cariño secreto al Spider más querido por todos.

-Entonces me voy.- le sonrió.

Todos sabían, menos Peter ... El ingenuo Peter, que no veía más que un amargado moreno y no aquel romántico latino que suspiraba cada que ... Pasaba a su lado, cada que sus ojos chocaban, cada que hablaban, respirar su mismo aire era gloria para Miguel.

Pero Peter era otro, al menos esos días donde optó por imitar al jefe supremo. Amargado, desafiante y lleno de ira.

Una vez que Gwen se fue, Miguel suspiro tan fuerte. Como un alivio momentáneo.

-Debo hablar contigo.- había dicho, pero Parker lo ignoraba.- Se que es tarde, ya es muy tarde pero necesito decírtelo.

Lo miraba fijamente pero Parker lo ignoraba, dándole la espalda y aún así se atrevió a aquello que tenía tanto miedo. Había tanto por perder y tanto que ganar, que más daba ya. 

-Te amo.

Hubo silencio. En vez de respuesta, Parker se levantó y camino a la salida, sin siquiera mirarlo, ni bufar o burlarse por la aclaración que nunca escucho. Pues Miguel seguía pensándolo sin articular ni una sola palabra, todo parte de un escenario mental excepto por que Peter si se había ido.

¿Cómo buscarlo? ¿Qué decir? Él no es de esos "hombres" que pregunta por cosas simples y cotidianas. Le era tan difícil aclarar su mente y sentimientos, la tristeza era el costo por eso y realmente no lo soportaba.

Salió a los pocos minutos, busco de un lado a otro sin buscar realmente, simplemente volteaba para ver con curiosidad a los otros Spiders algo que claramente hacia desde hace mucho tiempo atrás. Solo para volverse a topar con la nula indiferencia de Peter, quien claramente no tenía humor ni ganas de hablar, solo paso a su lado con la pequeña pelirroja.

Piel Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora