¿Como En Los Libros? | COMPLETA ✓

20.

Capitulo 20 ya corregidos, disfruten!

Kevin:

—No. Puedo. Creerlo.

—Ya papi ya, supéralo —me da palmaditas en la espalda.

La miro atónito.

—¿De aquí a dónde fue que pasaron tantos días? —pregunto incrédulo—. ¡¿COMO QUE SOLO QUEDAN TRES DIAS DE VACACIONES?!

—Aleluya —exclama ella.

La miro entre ceja y ceja.

—¿Me dices porque tantas ganas de que vuelva al infierno?

Mi madre ríe y me devuelve el cabello.

—Por mucho amor que te tenga no soporto esos gritos a media noche cada que Caleb te dice: “Lindo”. Supéralo ya por favor, me estoy quedando sorda —dramatiza.

Chasqueo la lengua y me cruzo de brazos.

—Voy a denunciarte por maltrato familiar —murmuro.

—¿Quieres que te dé razones para eso? —me dedica una sonrisa torcida.

Me encojo en mi lugar y sonrío nervioso.

«Soy muy jóven para morir… AUN NO SALE REPUTATION TAYLOR VERSIÓN, NO ME PUEDO IR AÚN»

—No mami, tu tranquis, yo solito me mataré algún día.

Ella se ríe y rueda los ojos.

—A todas estas, ¿No deberías ya haberte declarado? —me mira curiosa.

«¿Qué yo qué? ¿Esquiusmi?»

Giro a verla lentamente y con una sonrisa falsa respondo un serio y seco:

—No.

Mi madre enarca una ceja.

—¿Por qué? Te gusta, le gustas..

—¿Y yo por qué me tengo que declarar? Que se declare él, ¿Yo que? ¿No ves que me da miedo ir a la tienda? —me cruzo de brazos.

Ella suspira y coloca las manos sobre sus caderas.

—Él ya se ha esforzado mucho. Tanto que sin decírtelo directamente ya sabes que él gusta de ti; y créeme para que tú captes algo la persona tiene que ser muy paciente y buena en eso —menciona con una sonrisita.

Mi corazón empieza a latir con fuerza. Frunzo el ceño y ruedo los ojos.

—Aunque lo hiciera yo no sabría cómo. No tengo buena ropa como para invitarlo a una cita, mi cabello siempre parece nido de ratas, mi cara de culo asusta a los bebés y si me dicen algo lindo lo más romántico que respondo es: “Ah”.  ¿Si sabes que clase de hijo tienes? No sirvo para esto. —remarco con un suspiro.

Mi madre rueda los ojos.

—Si tienes ropa. Está en el último cajón, ve a buscarla. Báñate, te la colocas, yo te arreglo el cabello y le mandas un mensaje para invitarlo a salir ¿Okay? —finaliza con una sonrisa.

—¿Puedo negarme?

—No.

«¿Pa’ que nací?»

Hago una mueca.

—Esta bien. Ya voy —murmuro.

«Eso de ahorcarme con el cordón umbilical era buena idea»

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Apenas salía del baño y Caleb ya me estaba llamando. No tardé mucho en responder, la verdad.