Pretty Ꞝ Sahyo

veinticuatro¡!

Chaeryeong había decidido llegar 10 minutos antes de lo acordado y para su sorpresa había encontrado a Momo ahí ya. Para las 3 ya estaban todas en la estación, Sana y Nayeon habían llegado casi dos minutos antes y Jihyo llegó a la hora exacta, aparte Momo se había tomado en serio lo del tweet de Jihyo y había llegado media hora antes.

Después de acordar a dónde irían a comer, esperaron el transporte que los llevaría al local y seguido de ello subieron y pasaron hasta los asientos del final para sentarse todas juntas.

Luego de un recorrido de 15 minutos bajaron del autobús y se adentraron en el lugar, al ser sábado en la tarde había pocas mesas disponibles, sin embargo, lograron apartar una, entonces se dispusieron a revisar el menú para poder ordenar.

Nayeon estaba decidida a dejarle su número a la chica que había visto como repartidora, sin embargo, la vió riendo junto a otra chica y mejor prefirió no hacerlo, en fin, falta mucha gente por conocer.

Al terminar de comer, abandonaron el lugar y solo dieron unos pasos para llegar al arcade que estaba a un lado, aprovechando que estaban cerca de ahí.

—¡Vamos a los videojuegos!— sugirió Hirai mientras la pelirroja corría tras ella apoyando su sugerencia.

—¿En dónde está el mostrador? Creo que aquí daban dulces a cambio de cupones— Nayeon se alejó buscando dicho apartado del arcade.

Jihyo exploró el sitio desde su posición intentando ver a qué juegos podía ir, peinó hacía atrás su cabello y optó por dirigir su vista a la nipona que aparentemente estaba en las mismas.

—¿A qué juegos vamos?— finalmente le preguntó, a lo que Sana fijó la mirada en lo primero que su vista captó.

—El juego de baloncesto— atinó a decir ganando el asentimiento de la contraria.

Pasados 10 minutos ambas chicas reían mientras disfrutaban de competir entre ellas para ver quién podía encestar más balones en las cestas electrónicas, al fin y al cabo juntarían los cupones que ganaran para ver si mínimo ganaban algún caramelo.

Sana rió al ver que el seguro encesto de Jihyo no salió como ella había esperado, aunque su festejo no duró por mucho cuando fue su turno y también falló el tiro, entonces la inigualable risa de su amiga llegó a sus oídos.

Lo miró con una sonrisa por unos momentos. Jihyo era una gran persona, es decir, era alguien inteligente, amable y hermosa, siempre intentaba ayudar en lo que podía y escuchaba a los demás, además, siempre tenía algo que contar o compartir, no entendía cómo es que nadie podía fijarse en su amiga.

Hace unos días le había contado que uno de sus primos iba a tomar el valor de declararse a su crush y que le había parecido algo tierno, pero por alguna razón le hacía pensar en el momento en que le tocara vivir aquello y que esperaba que no tuviera que pasar mucho para que sucediera, como quiera, Sana se había encargado de decirle que todo iba a llegar a su tiempo y que algún día una persona podría a llegar a sentir algo por ella tanto para finalmente confesarle su amor.

Porque alguien como Jihyo también merecía absoluta felicidad y amor, no solo de amigos y familia, sino también de alguien especial.