Pretty Ꞝ Sahyo

diecinueve¡!

Jihyo llegó a la segunda planta de la casa con algo de dificultad, cargar a Sana mientras subía las escaleras no era tan fácil como sonaba. Se concentró en tratar de abrir la puerta de su habitación, siendo ésta la más cercana a donde estaba, bien pudo haber llevado a la chica a la habitación de huéspedes, pero el ajetreo de la fiesta ya le estaba cobrando factura y comenzaba a cansarse más rápido.

Juntando todas las fuerzas que le quedaban, avanzó con el muy relajado cuerpo de su mejor amiga hasta la cama y finalmente la dejó acostada, aún no estaba dormida, pero estaba tan ida que parecía que pronto podría cerrar los ojos y posiblemente no abrirlos hasta después de tres días, claro que eso era una exageración.

—Listo, ahora tienes que dormir, fue mucho por hoy— habló la pelinegra serenamente y se dispuso a abandonar el cuarto de no ser porque escuchó un ligero sollozo.

Se acercó nuevamente a la cama y se sentó en la orilla —N-no te vayas, no m-me abandones— tartamudeó entre el llanto.

—No te voy a abandonar, estamos en mi casa— respondió suave pero con obviedad.

—¡Q-quiero a mi mamá!— continúo el llanto.

—Sana... — el puchero se hizo más notable en los labios de la chica. —¡Claro! Podemos hablarle a alguno de tus papás— repuso de inmediato.

—Hyonie— la mencionada la miró con un poco de sorpresa, nunca la había llamado así. —¿Qué pasa?— respondió.

—Yo quiero ser la mamá de nuestros hijos.