Pretty Ꞝ Sahyo

Treinta y ocho¡!

—¡Oficialmente eres legal, Chaer!— festejó Nayeon tomando la iniciativa de darle un abrazo a la chica, las demás se unieron después de ella conviertiéndolo en un abrazo grupal. —Felicidades.

—Gracias amigas, ¿Saben? Al final, no creo hacer algo a lo grande, así que vamos a comer después de clase.— propuso a lo que todas estuvieron de acuerdo, con la condición de que la cumpleañera no pagara nada, quien luego de muchos intentos de negarse, finalmente desistió y tuvo que aceptar.

Entonces las cinco amigas emprendieron el camino rumbo al aula. Algunas personas que pasaban a lado felicitaban a Chaer, otras pasaban de largo y no faltaba la gente que miraba con suma atención a todos o solamente a la parejita del grupo, que en éste caso, ya se habían acostumbrado a las curiosas miradas de los alumnos.

Llegaron al salón y se disponían a ingresar, sin embargo, un grito de alguien conocido por todos interrumpió la acción y Jihyo sólo supo tomar a la persona recién llegada del brazo para escuchar lo que sea que le fuera a decir.

—Hola Hyo— una tierna sonrisa lució enfrente suyo.

—Sunmi— saludó formando una línea recta con sus labios. —¿Sucede algo?— prosiguió a preguntar.

—Bueno... Traje una cartita para tí— dijo mientras extendía a sus manos un papel rosado en forma de corazón, la pelinegra atinó a suspirar y sutilmente empujó las manos ajenas lejos de ella, poniéndolas contra el pecho contrario.

—Pero... Sabes que estoy con Sana.— se justificó, aunque se extrañó al ver la cara de confusión de la chica.

—¿Sana? Creí que todo era falso.

—¿Qué dices?

—Bueno, hay gente que dice que lo tuyo con Sana no es de verdad, principalmente porque no ven que la trates con mucho cariño y que la sigues tratando igual que cuando eran amigas. Creí que entonces seguías disponible— habló Lee mientras poco a poco iba dirigiendo su mirada al suelo.

¿En serio decían eso? Debía ser gente muy entrometida seguramente, y aunque eso fuera cierto o no, a Jihyo le preocupó que realmente descubrieran la verdad. Hace día había hablado con Sana sobre todo el teatro que estaban montando y se convenció de que terminar no era una opción muy viable, al final de cuentas, si quería evitar recurrir a ese camino, tenía que plantearse cómo podía hacer que su noviazgo pareciera verdadero.

Pero ¿Cómo?

—Todo eso es falso— miró hacia atrás donde estaban sus amigas esperándola, sus ojos se posaron en los de Sana, los curiosos y bonitos ojos de la nipona y entonces regresó su atención a la pelinegra decidida a detener todo de una vez por todas.

—Yo... Verás Sunmi, la primera vez que te confesaste a mí te dije que no estaba lista, ahora me doy cuenta de que mis palabras no fueron las correctas y me siento mal por no haberte aclarado bien las cosas desde un principio— la menor la miraba con atención y solo pudo suspirar una vez más. —La verdad es que... No creo que pueda corresponder tus sentimientos, ni ahora ni en un futuro y lo siento mucho, en serio, perdón, pero no te sigas haciendo daño.— con una diminuta sonrisa puso su mano sobre el hombro de Lee.

Sunmi sonrió leve. —Claro... Yo... Siento mucho si te molesté con mi insistencia, voy a esforzarme para dejar ésto atrás— dió una pequeña palmadita sobre la mano de Jihyo que seguía en su hombro.

—Ya llegará la persona indicada para tí, Sunmi, solo es cuestión de tiempo, verás que sí— ante eso, la chica asintió y eso fue lo que le dió fin a su conversación, siendo que Jihyo regresó con sus amigas y Sunmi fue en camino contrario rumbo a su clase.

—¿Qué pasó ahora, Hyo?— preguntó Momo.

—Le dejé todo en claro finalmente, seguro encontrará a alguien que la ame algún día— ante eso todas estuvieron de acuerdo y una vez timbró la campana, entraron al salón.