Capítulo 30: Why you gotta be so mean, Malcolm?

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━◦♡◦━𝐀𝐋𝐋 𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐑𝐄 𝐈𝐒 𝐌𝐄𝐀𝐍, 𝐀𝐍𝐃 𝐀 𝐋𝐈𝐀𝐑, 𝐀𝐍𝐃 𝐏𝐀𝐓𝐇𝐄𝐓𝐈𝐂, 𝐀𝐍𝐃 𝐀𝐋𝐎𝐍𝐄 𝐈𝐍 𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐀𝐍𝐃 𝐌𝐄𝐀𝐍, 𝐀𝐍𝐃 𝐌𝐄𝐀𝐍, 𝐀𝐍𝐃 𝐌𝐄𝐀𝐍, 𝐀𝐍𝐃 𝐌𝐄𝐀𝐍 ━◦♡◦━

Cuando Reese entró al cuarto de su novia el jueves por la tarde, la encontró acurrucada entre las frazadas de su cama.

Regina había faltado a la escuela debido al dolor de ovarios que la había dejado en cama durante toda la mañana. Había intentado levantarse varias veces para leer o jugar algún videojuego, pero no duraba más de diez minutos sin distraerse por el dolor. Así, terminó tratando de dormir a pesar de no tener sueño con la esperanza de despertar sintiéndose mejor.

Acurrucada en su cama de espaldas a la puerta, no se percató de la presencia de su novio hasta que habló. 

—Solo tú puedes verte terrible y muy tierna a la vez —dijo Reese con tono burlón parado junto a la puerta. Al instante Regina abrió los ojos sorprendida.

—¡Ay! —soltó un pequeño gritito justo antes de levantar las sábanas y cubrir su cabeza por completo. —¿Cómo entraste? —preguntó haciéndose bolita debajo de las sábanas, definitivamente no quería que la viera así. 

—Tu papá me dejó entrar —explicó Reese mientras se quitaba las zapatillas. —Hazme un espacio, te extrañé hoy —agregó parándose junto a ella para poder levantar las sábanas, pero Regina trató de retenerlas para continuar bajo ellas.

—Nooo, Reese. Quiero estar sola... —murmuró Regina tirando de las sábanas, pero Reese era más fuerte. En unos segundos logró levantarlas y meterse dentro de la cama junto a ella, ignorando las quejas de su novia al empujarla levemente para hacerse un lugar. —Ni siquiera me peiné hoy... —murmuró como un quejido al sentir el cuerpo de Reese pegarse a su espalda bajo las sábanas, rodeando su cintura y apoyando la barbilla en su hombro. 

—Yo creo que te ves linda —replicó Reese dejando una serie de besos en su mejilla. 

—Dijiste que era un desastre —respondió Regina haciendo una mueca. 

—Un lindo desastre —corrigió Reese, abrazándola más fuerte para atraerla más hacia él. —Además, no dije desastre, dije terrible. Son dos cosas muy diferentes —agregó antes de continuar con los besos en su mejilla. 

—Eso es aún peor —dijo Regina con tono de queja, pero colocó una mano sobre el brazo de Reese para acariciarlo con el pulgar.

—Deja de quejarte y acepta mis cumplidos —dijo Reese antes de morder suavemente el lóbulo de su oreja para luego dejar un besito en la misma zona.

—Auch —murmuró Regina al sentirlo mordisquearle la oreja. — Tus cumplidos tienen insultos escondidos... —replicó manteniendo su tono de queja, provocando que Reese volviera a morderla — ¡Ay! ¡Deja de hacer eso! —protestó, colocando una mano en su barbilla para alejarlo de su oreja. Riendo, Reese volvió a dejar varios besitos sobre el lóbulo de su oreja. — ¿Por qué estás tan tierno? ¿Qué te dijo mi papá? —preguntó con desconfianza, girando para quedar recostada frente a él.

No era extraño que demostraran afecto entre ellos, pero normalmente era Regina quien iniciaba el gesto. Reese casi siempre se limitaba a aceptar y corresponder sus muestras de cariño, por lo que le resultaba sospechoso que tomara la iniciativa tan seguido. 

—¿Tu papá? —preguntó Reese apartando la vista de sus ojos para mirar un punto fijo en el techo, dando la impresión de estar rememorando el momento en el que habló con Phineas. —No, creo que no dijo nada importante —dijo finalmente apretando los labios y negando con la cabeza levemente, quitándole importancia antes de volver a conectar sus ojos.

❀ Shy Girl ❀ Reese WilkersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora