Capítulo 36: Ob La Di, Ob La Da

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•●◉✿ 𝘖𝘣-𝘭𝘢-𝘥𝘪, 𝘰𝘣-𝘭𝘢-𝘥𝘢 

𝘓𝘪𝘧𝘦 𝘨𝘰𝘦𝘴 𝘰𝘯, 𝘣𝘳𝘢𝘩 

𝘓𝘢, 𝘭𝘢, 𝘩𝘰𝘸 𝘵𝘩𝘦 𝘭𝘪𝘧𝘦 𝘨𝘰𝘦𝘴 𝘰𝘯 ✿◉●•

—¡Corran! —gritó Hal, apresurando a sus hijos y Regina mientras surcaban el estacionamiento. —¡Lois está dando a luz y perdimos cuarenta y cinco minutos en la oficina de seguridad! 

—Qué mala suerte, nos tocó un guardia que quiere ser sargento —se lamentó Reese mientras entraba en el asiento del centro de la minivan detrás de Dewey. 

—Creo que te obligó a orinar en el frasco por gusto —comentó Dewey colocándose el cinturón. 

—No hubieras tenido que soportar al guardia si hubieras devuelto el esmoquin cuando te lo pidieron —lo reprendió Regina inclinándose sobre el respaldo del asiento de su novio. 

—Pierdes el tiempo, Reg. No es capaz de hacer algo así —intervino Malcolm, sentado junto a ella en el asiento trasero de la minivan. 

—Oh, ¿ahora es mí culpa? —replicó Reese ignorando por completo a Malcolm a la vez que giraba el cuello hacia atrás para enfrentar a su novia. —Prácticamente me rogaste que lo robe —trató de defenderse exponiendo su versión distorsionada de la realidad. 

—¡Eso no es cierto! —exclamó Regina en un pequeño grito de indignación. 

—¡Sí lo es! —respondió Reese compartiendo miradas de molestia con su novia. 

—¡Suficiente! —gritó Hal, evitando que la discusión continuara al llamar la atención de los cuatro menores. —¡Niños, esta vez sí se pasaron de la raya! ¡Voy a llevar a su mamá al hospital y no quiero escuchar una palabra de ustedes hasta que volvamos con ese bebé! —declaró Hal con firmeza antes de volver su vista al frente para encender el motor del auto. Estaba tan desesperado por regresar lo más rápido posible que ni siquiera se percató de que, en vez de retroceder, estaba pisando a fondo el acelerador. 

•••

—¡¿Y?! ¡¿Qué dijo el doctor?! —preguntó Regina apenas vio salir de la habitación de hospital a su novio junto a sus dos hermanos. 

El pequeño incidente de Hal había terminado con una visita en el hospital luego de estrellar su auto en el estacionamiento. Como no era parte de la familia, Regina había tenido que esperar en el pasillo hasta que los tres hermanos salieron de la habitación por al menos veinte minutos. Cuando por fin salieron, la expresión de sus rostros no era muy alentadora. 

 —Tiene una esponja en la cabeza —Fue lo primero que dijo Reese en respuesta a su pregunta, a lo que Dewey asintió con la cabeza para confirmarlo. Regina ladeó la cabeza confundida, eso no aclaraba absolutamente nada. 

—¡El médico es un idiota! —exclamó Malcolm con su típico tono de fastidio antes de que pudiera preguntar a qué se referían con una esponja en la cabeza. —¡Nos echó y medicó a papá! Ahora está inconsciente. 

—¿Qué? —exclamó Regina desconcertada.— ¿No le dijeron que tu mamá literalmente está pariendo en su casa? 

—No, Regina. Ignoramos ese pequeño detalle —respondió Malcolm sarcásticamente, ganándose un puñetazo en el hombro por parte de Reese y una mala mirada de Regina. —No le importó —respondió finalmente a la vez que se frotaba el brazo con una mano.

—¡¿Ni siquiera envío una ambulancia o... o... una partera?! —exclamó Regina con indignación. —¡¿A qué clase de médico no le importa eso?!

❀ Shy Girl ❀ Reese WilkersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora