❀ Shy Girl ❀ Reese Wilkerson

Capítulo 28: I keep my side of the street clean, you wouldn't know what I mean

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La tarde en la casa de los Wilkerson estaba siendo extrañamente tranquila, a pesar de la falta de padres. Los tres hermanos se encontraban sentados en la mesa en silencio. Reese jugaba Los Sims 2 en la consola portátil PSP que su novia le había prestado, Malcolm terminaba su tarea de matemática y Dewey leía una historieta. De pronto, su padre irrumpió corriendo en la casa, rompiendo por completo la tranquilidad. En estado de alerta, los tres se levantaron de sus asientos dejando a medias todo lo que estaban haciendo. 

—¡Malcolm, portafolios! —gritó Hal al entrar corriendo en su casa, justo antes de lanzar su portafolios a su hijo. Preparado para ayudar a su padre al igual que sus hermanos, Malcolm atrapó el portafolios en el aire. —¡Dewey, pantalones! —gritó deslizándose hacia la cocina mientras sus pantalones se bajaban solos para luego saltar a sentarse a la mesa. —¡Reese, chaleco! —gritó nuevamente, extendiendo los brazos para que Reese pudiera colocarle el chaleco de la tienda de electrónica a la vez que Dewey le ponía los pantalones. 

—El pediatra de mamá no la dejará volver en dos semanas —explicó Malcolm, girándose para romper la cuarta pared y hablar con el lector mientras sus hermanos continuaban ayudando a su padre detrás de él. —Y como no puede trabajar, papá consiguió otro empleo. ¡Es una locura!  

Al terminar de cambiarse, Hal saltó de la mesa para correr a la heladera para agarrar comida congelada. Rápidamente, intentó meterla en el microondas, pero estaba tan apurado que no notó que lo que estaba calentando era su propia corbata. 

—Pero más que nada es divertido —agregó Malcolm con una sonrisa de diversión. 

—Contraté una nueva niñera para ustedes —informó Hal, acomodando su camisa dentro de sus pantalones. —Ya no debe tardar en llegar. 

—¡¿Qué?! ¡¿Para qué necesitamos una niñera?! —exclamó Reese, compartiendo una mirada de fastidio con sus hermanos. 

—Porque quiero encontrar la casa donde la dejé —respondió Hal, colocándose el cinturón en el pantalón. 

—¡Entonces hubieras llamado a Reg! —replicó Reese. 

— Sí, Reg me cuida siempre gratis cuando está en casa —lo apoyó Dewey. 

—Sí, Reese, llamaré a tu novia para que puedas hacer lo que quieras —respondió Hal irónicamente, terminando de abrochar su cinturón. —¡Ah, ahí está! —exclamó al oír el timbre de entrada. Sin perder tiempo, corrió a abrir la puerta de entrada seguido por sus tres hijos. —¿Jessica? —preguntó al ver a una adolescente de cabello rubio exageradamente enmarañado en su puerta. 

—Hola —saludó Jessica, pero Hal la empujó con rapidez dentro de la casa. Al verla entrar, Malcolm y Reese fruncieron el ceño. —Hola, Reese. Hola, Malcolm —saludó pasando la vista entre ambos. 

—¿Ya se conocen? —preguntó Hal acomodándose la corbata. 

—Papá, está en mi salón —replicó Malcolm. 

—¡Es un año menor que yo! —se quejó Reese. 

—No me digas... —dijo Hal con una sonrisa. 

—¡Ni creas que nos vigilará! Es un año menor —repitió Reese con fastidio. 

—Es más grande que yo... —dijo Dewey encogiéndose de hombros.