LENGUAJE DE LAS FLORES
- Este lenguaje puede ser el más hermoso porque te puden decir muchas cosas con tan solo una rosa -
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- Y este es Guillermo Ochoa nuestro arquero - Messi estrecho la mano de Ochoa...
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— Una flor florece para su propia alegría — Oscar Wilde
«🌞»
A veces como humanos solemos tomar medidas extras para asegurar nuestras victorias, Lionel quería enamorar a aquel mexicano tan hermoso.
Tenía en cuenta que aunque le revelará quien era su admirador no lo aceptaría tan fácil, así que decido también enamorarlo como Lionel.
Pero quería que lo conociera bien, no secretos, no nada, sería sincero, primero ganaría su confianza y luego pondría su plan en marcha.
Aquel martes alistaba sus cosas pues entraba más temprano que sus amigos, saco la carta de su escondite y se fue a la escuela.
Caminaba a paso lento pensando en como podría invitarlo a salir en la tarde si tenían entrenamiento, suspiro y entro a la tienda de siempre.
— Buenas tardes Lionel - dijo la mujer con una hermosa sonrisa.
— buenos días señora Kata, vengo por un ramillete de begonias* - soltó acercándose al mostrador mientras sacaba su cartera.
— y ¿Que tal vas con ese muchacho? - Lionel alzó lo hombros nervioso y la señora rio - tranquilo Lío, así es el amor ¿No?
El chico asíntio feliz pago por las begonias y salió de la florería emocionado, la señora le había levantado los ánimos.
Llegó a la universidad y rápido fue al salón de Ochoa sin encontrar a nadie puso la carta, unos chocolates que a él le gustaban y las begonias para salir de ahí.
Entro a su aula y puso atención a su clase mientras escuchaba con atencion el chisme de la niñas y hacia apuntes, es que podía hacer tres cosas a la vez.
— wey - susurro una chica tras de el a su amiga - ¿conoces al arquero del equipo de fútbol? - la otra la miro extrañada - ya sabes el de la carrera de administración de negocios - soltó la chica y la otra abrió los ojos.
— ¿Que con el? - pregunto sin susurrar ante lo cual la otra la regaño.
— como sea, dicen que le han estado regalando cosas.
— quien fuera el - susurro su amiga mientras acomodaba su pelo - ¿Y sabe quién es? - la chica nego y siguieron hablando de los chismes.
Así terminaron las clases para ellos, justo cuando iba saliendo de su salón memo salía del suyo lo cual fue una coincidencia.
