III

137 8 0
                                    

Era un nuevo día, ayer había acudido a las clases de la tarde y luego me obligué a ir a estudiar en la biblioteca, debía mantener mis notas aunque sea en "aceptable" si quería ir por un buen camino, estudié a detalle lo que me había perdido por la mañana, y trate de adelantarme en cuanto a temas futuros para tener una base sólida.

Finalmente terminé medianamente orientándome en el castillo, Draco me había ido a buscar a la biblioteca luego de estudiar y dimos un paseo por el colegio.
Sentía que él era el típico chico que pintaban de malo pero nadie sabía realmente su trasfondo, si bien no hablamos específicamente de su vida, había comenzado a desglosar ciertas actitudes suyas tratando de leerlo. Era el villano de una historia mal contada, casi como yo, quizás por eso formamos un lazo, me atrevería a decir, relativamente estrecho.

Era un nuevo día y estaba tratando de enfocarme en la clase de Transformaciones de la profesora McGonagall, debía concentrarme en transformar un puercoespín en un alfiler.

Estaba realmente incómoda, resulta que la mayoría de clases de Slytherin eran compartidas con los Gryffindors, parecía simplemente a propósito.
Por supuesto que no esperaba compartirla con Ginny, porque aparte de ser menor que yo, nisiquiera me hablaría debido a la presencia de sus molestos hermanos, que ya se habían ganado unos cuantos sermones de la profesora, pero esta parecía suavizarse en cuanto los gemelos le dirigían una sonrisa cómplice, seguida de algún chiste o halago para salvarse del castigo.

La clase estaba siendo especialmente tediosa con tantas interrupciones, pero la presencia de Pucey me logró cambiar el humor.

- Lexie - Noté un susurro detrás mío, me giré y estaba efectivamente, ahí estaba Adrian. - Has pensado en lo de ayer? Podríamos empezar a entrenar hoy. -

- Necesito descargarme de ciertos problemas con ciertos directivos en falta de shampoo, así que mi respuesta es sí - Respondí por lo bajo, soltando una leve risita.

- Snape fue muy duro ayer? - Se rió mientras trataba de acercarse a mi banco, sin ser visto por McGonagall.

- Jodidamente tedioso, debería echarse un baño antes de venir a hablarme así de mal - Respondí quejándome, con un leve moviendo los hombros.

Luego de esa charla, seguimos trabajando y acordamos encontrarnos por la tarde en el campo de Quidditch, aunque sentía vértigo al pensar siquiera en volar por los aires sujetada a nada más que una escoba.

꧁✦꧂

Las demás clases transcurrieron normalmente, dentro de lo que cabía, aunque una sensación de añoramiento empezaba a acrecentarse en mi pecho, extrañaba mí casa, extrañaba mí habitación y mis cosas, extrañaba a mis amigos, extrañaba a mí mamá.

Mí mamá

Demonios.

En cuanto pensé en ella, mi corazón se paró por unos segundos.
No le había mandado una carta, no le había dicho cómo estaba, no le había contado que, contrariamente a sus esperanzas, no había quedado ni en Ravenclaw ni en Gryffindor, había quedado en la casa de los asesinos de mí padre, y aunque me sienta cómoda hasta el momento, la culpa quemaba mí pecho.

Dispuesta a ir al centro de correo de Hogwarts para escribirle, me topé con Adrian, el cual al verme se acercó corriendo con una sonrisa encantadora.

- ¡Lexie! ¿Cómo estás? Podríamos empezar a entrenar ahora, si no tienes nada que hacer claro... - Sus palabras parecían más suplicantes que otra cosa, y aunque llevaba demasiada ansiedad en contarle las cosas a mamá, decidí posponerme ese mal gusto para después, sinceramente no sabía como se lo iba a tomar lo cual me causaba inseguridad en cierta parte.

Red Blood & Green Blood - Fred Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora