Red Blood & Green Blood - Fred Weasley.

V

Corría la tarde cuando el viento otoñal entraba por la ventana de la habitación de Daisy, estabamos acostadas en su cama poniéndonos al día, escuchando música y hablando de nuestro camino hasta Hogwarts.

— Cuando te fuiste sospeché algo Lex, pero al no saber con seguridad qué te había pasado me preocupé, mamá me vió llorar días y noches por tu paradero, hasta que se puso en contacto con tu mamá y juntas decidieron contarme que estabas aquí, y que si quisiera también podría acudir, ya que mamá también resultó ser maga, debe ser por eso que siempre fueron amigas con tu madre. No te voy a mentir, me costó despegarme de mi vida muggle, Ethan me pidió explicaciones sabes? A el le dolió perderte a tí más que a nadie, pero perderme también a mí al mismo tiempo lo destruyó — Sentenció con una mueca de dolor en la cara.

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Ethan.

Mi primer amor.

Ethan era nuestro mejor amigo desde que lo conocimos a los 10 años, siempre fuimos un inseparable grupo de tres.
Al conocerlo tenía la más pura de las intenciones de conformar una amistad, pero el destino tenía otros planes para nosotros, así fue como conforme el tiempo pasó una Lexie entrando en la pubertad a la edad de los 13 años, admitió por primera vez tener un irrevocable crush en su mejor amigo, Ethan Jones.
Fue cuestión de tiempo que las cosas se encaminaran de esa manera, ya que al parecer un Ethan muy enamorado se dió cuenta de que cuando Lexie lo miraba, se podría detener el tiempo, no importaba lluvia torrencial o infierno que se desate, mientras estuvieran juntos nada podría importarles más que el fogoso deseo de permanecer así eternamente.
Fue una noche de verano, en una fiesta que pocos podrían recordar debido a la cantidad de alcohol ilegal que había en el evento, cuando una Daisy muy emocionada por el amor de sus amigos "sin querer" los encerró en una misma habitación a jugar 7 minutos en el cielo.
Naturalmente al cerrar la puerta una Lexie de 13 y un Ethan de 14 recién cumplidos, se miraron y, quizás sin darse cuenta o al darse demasiada cuenta de la situación, sus labios se encontraron juntos en un beso realmente apasionado.
No querían separarse, no podían separarse. Lexie arrastró sus manos hacia el cabello de Ethan y Ethan posó delicadamente sus manos en las caderas de Lexie, acariciándola suávemente.

— Creo que me gustas... un poco — Murmuró por lo bajo Lex, después de tener que separarse debido a la falta de aire.

— Yo estoy locamente atraído por tí Lex, cómo no te has dado cuenta antes? — Sonrió Ethan, mirándola con una de esas miradas que sólo los que pasaron por la experiencia del primer amor sabrían comprender.

Después de esa fiesta, todo fue más fácil.
Organizaron citas y quisieron ir despacio para no forzar las cosas, por eso no fue hasta la octava cita (por el número favorito de Lex) que un Ethan extremadamente nervioso y sudoroso, le pidió si le haría el honor de ser su novia.

Salieron durante un año, Lexie aprendió y creció muchísimo durante esa relación, Ethan la ayudó en tiempos difíciles como amigo y como pareja, se emborracharon juntos, lloraron juntos, se escaparon juntos y se acostaron juntos con nada más que una sabana cubriéndo sus jóvenes pieles. Fue su primer amor, su primera vez y lo más importante, su más íntimo confidente.

Pero ninguna cosa buena puede durar tanto.

Pronto llegaron los problemas, las discusiones, las salidas a fiestas y todo lo que ocurre cuando tienes un amor adolescente.
Pronto Lexie dejó de creerle cuando Ethan le decía que sería la única mujer que amaría por siempre.
Y pronto a Ethan dejó de importarle si Lexie le creía o no.

Se creó un lazo tóxico en el cuál los dos se sumieron en una pena profunda, habrían llenado botellas y botellas de las lágrimas derramadas.

El desgaste de la relación los llevó a los dos a cometer muchos errores, perdonarse y luego volver traerlos a la mesa apenas una pequeña riña surgía en la relación. Cada día hacía más tedioso el decirse "Te amo" o "Si tenemos hijos, que nombre te gustaría ponerles?"