VII

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El cielo estaba anocheciendo y el clima acompañaba perfectamente a la ocasión; ni mucho frío ni mucho calor.
Daisy y yo estabamos preparándonos en mi habitación para ir a la fiesta de los gemelos con música de fondo. Ella simplemente estaba muy emocionada aplicándose un labial rojo, ya que desde el encontronazo con George en el patio, se propuso a ella misma que él sería el hombre con el que se casaría.

Por mí parte solo pensaba en emborracharme y bailar hasta que no me den más los pies. Me encontraba con las manos en las caderas, en ropa interior viendo los outfits que yacían sobre mí cama y decidiendo cuál sería más adecuado para la ocasión, cuando Daisy decidió abrir la boca para decir una estupidez por quinta vez en diez minutos.

— Mira que estoy embobada por George pero si me das la oportunidad yo no me quedo atrás — exclamó repentinamente con voz seductora mientras me miraba a través del espejo.

— Idiota, sigue maquillándote — me carcajee y le arrojé una almohada directo desde mí cama.

— ¿No has tan siquiera pensado en alguien desde que llegaste aquí Lex? — preguntó curiosa después de terminar de maquillarse y darse vuelta para mirarme atentamente.

Si? No? Tal vez?

— No Dai, no tengo cabeza para esas cosas, ya lo sabes. — mentí.

— ¿Qué hay de ese Adrian que me contaste? — siguió cuestionando mientras se sentaba en la cama.

— No supe más de él desde que el idiota de Fred lo golpeó en el campo de Quidditch, supongo que se le debe caer la cara de vergüenza por haberme mentido tan descaradamente — contesté desinteresada y encogí los hombros.

— El idiota de Fred, ahora ESO es interesante — me miró mientras levantaba una ceja con aspecto pícaro. — Te conozco desde que tenemos seis años Lex, siempre que te cae mal alguien secretamente le tienes ganas — sentenció y se echó a reir.

No pude evitar ruborizarme ante su comentario y golpearla de nuevo con otra almohada de mí cama, tratando de que no viera tan atentamente mi reacción.

— ¡Perra! Sólo estoy diciendo que no te vendría mal un poco de... Ya sábes, acción — gritó molesta mientras se acomodaba el cabello despeinado que le dejé.

— Suenas como un viejo verde Dai, por dios. Aparte Fred Weasley está muy lejos de ser alguien para mí, no hacemos más que tener problemas y tiene actitudes bastante tediosas, lo cuál sabes que para mí es desalentador. — bufé y miré hacia abajo con un poco de decepción.

— Weasley? Es hermano de George? — preguntó con sorpresa, por lo cuál me eche a reir yo ésta vez.

— Los Weasley según conté son como cinco, o al menos los que están en la escuela, y Fred es el hermano gemelo de George — finalicé mirándola atenta.

Como era de esperarse, la mandíbula de Daisy casi cae al piso por la noticia.

— ¿¡GEMELO?! — chilló con emoción mientras aplaudía. — ¿Y por qué yo nunca ví a este Fred? — preguntó mientras ladeaba su cabeza a un lado, pensativa.

— Supongo que estuviste enfocada en su hermano e ignoraste que tiene una fotocopia a su lado todo el tiempo — bufé y me concentré en mi ropa nuevamente.

Daisy entendió mi concentración y se acercó a la ventana a admirar la noche en silencio, mientras me esperaba y tarareaba una canción por lo bajo.

Terminé por ponerme un corset negro, junto a una falda tableada y unos borcegos del mismo color, luego me acerqué al tocador y comencé a maquillarme ligeramente, jamás me gustó exagerar en ese sentido ya que luego sentía el rostro pesado si lo hacia. Entonces bastó con un delineado hecho con mucha paciencia, rímel y gloss transparente para considerarme lista.

Red Blood & Green Blood - Fred Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora