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—No puedo aceptarlo, ¿Cómo pretendes proponerme algo tan estúpido?

La mujer veterana estaba sentada en su cómoda silla de oficina, y su malhumor no le permitía disfrutar de aquella hora de descanso, Peter poda notarlo fácilmente.

Después de todo, ella era su madre.

—Necesito hacerlo. Me ofrecieron un buen empleo allí, y si soy honesto, estoy cansado de trabajar en esta oficina, lo que hago puedo hacerlo desde mi casa.

La mujer se tocó la cien y suspiro ante la rigidez en cada palabra dicha por su hijo. Peter estaba al tanto del desprecio que ella sentía por él, y usaría ese sentimiento para liberarse de aquella vigilancia constante a la que fue sometido durante tanto tiempo.

—Me costó mucho sacarte a esa mujer de la cabeza y traer fuera... la poca cordura que tienes. ¿Piensas que voy a permitir que vayas a la misma ciudad donde reside? — Su madre apoyo los codos sobre el escritorio con autoridad, observando aquellos ojos inexpresivos de aquel joven que le recordaba su pasado turbulento — Peter, tu recuperación apenas y termino hace unos meses, así que no voy a arriesgar el proceso que llevas y el buen nombre de nuestra familia ahora que logramos tener nuestra propia empresa.

—Madre... Estoy perfectamente. ¿Por qué crees que volví a esta mierda de empleo después de viajar allá? Si no hubiera superado ese capítulo de mi existencia, no estaríamos hablando en este momento. Solo quiero trabajar en otro lugar, alejado de aquí, y mi trabajo lo permite. ­— respondió Peter con voz neutra, sin dejarse intimidar por la mirada analítica de su madre.

Dentro de su mente recordaba el tacto suave de YN al casi desmayarse en la calle esa tarde. Le preocupo mucho, sin embargo, fue embriagado por su esencia... esa que tanto lo desvelo en las noches y lo llenaba de emociones. Recordar su cabello, ahora más largo, sus ojos igual de hermosos que antes, y esa sonrisa que tanto le gustaba... aceleraba su pulso, pero tenía que controlarse.

Si aquella mujer sabía que seguía detrás de YN, seguramente lo encerraría de nuevo en el hospital. Peter mantenía a la perfección su fachada desinteresad, dejando a la vista solo lo que su madre necesitaba saber de él. El tiempo que estuvo trabajando en aquella empresa "familiar", le dio la libertad de investigar sobre YN en la web, por lo cual, no necesitaba seguir en aquel lugar tan alejado de quien lo mantuvo vivo todo este tiempo.

—Lo sé, tú puedes trabajar desde cualquier lugar, mientras tengas una computadora y los productos de nuestros proveedores. Y, aunque me digas que puedes manejar este trabajo y al que has aplicado allá, sigo sin confiar en ti.

—¿Entonces piensas encadenarme a tu pierna toda la puta vida? Por favor, madre... Sabes que no voy a darte problemas, tuve suficiente con ese loquero en el cual me metiste, así que hagámonos un favor y no nos veamos más las caras — los ojos de Peter se afilaron, sin moverse de la silla donde estaba sentad— Sarah seguirá aquí, para que no te sientas abandonada.

—Te pareces tanto a él... que me das escalofríos — susurro su madre, mientras apretaba los labios y sostenía algunos papeles sobre el escritorio — ¿Tienes idea de dónde vas a vivir?

—Si, ya todo está casi listo para mudarme. Lo último que necesitaba era venir decirte y marcharme mañana.

—Hmm, ¿En qué vas a trabajar, además de ser nuestro probador de productos?

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