No es como si su mente le diera las mejores ideas, pero dado que estaban enlazados de forma muy inesperada y no se gustaban en realidad, sería difícil mantener una relación que no se volviera únicamente sexual.
De que eran increíblemente compatibles en el sexo, no había ninguna duda. Con sólo dos veces de haber estado con Dan, sentía que ya no podía vivir sin eso e incluso sin proponérselo volvía a tener recuerdos que hacían que se excitara en cualquier momento y lugar.
Algo era definitivo, debían trabajar juntos en mejorar la comunicación, tenían que arreglar el problema con sus marcas y dejar de ir por ahí con el olor del otro encima para encontrar algo de equilibrio hormonal y que ninguno de los dos entrase en celo cuando se suponía que no debía hacerlo. Tenían que redoblar los cuidados para prevenir un embarazo ya que los enlazados tenían un 99% por ciento de procrear si no eran cuidadosos y ellos no querían hijos, ni por ahora ni nunca.
En fin, tenían tantas cosas por hacer y eran cosas que no podían ir compartiendo por ahí con cualquier persona.
Orgulloso de la lista que terminó de escribir, escondió el papelito en su bolsillo y planeaba compartirla con Dan en el espacio correcto.
—Tienes luz verde— cierto, estaba conduciendo luego de convencer a Dan de ir a comer juntos antes de llegar al lugar al que debían asistir juntos.
Salió de sus pensamientos con el ruido que hicieron los otros conductores detrás de ellos y miró de reojo la forma en que Dan bostezaba y se recostaba contra la ventana. Parecía cansado y en cierto modo él era culpable porque no durmieron mucho que digamos durante la noche.
Sorprendido de que la psicóloga hubiera aceptado recibirlos esa misma tarde, se llenó de confianza y empezó a tener un buen presentimiento sobre los resultados que podían obtenerse en una especie de sesión en pareja.
Él no conocía mucho de los métodos que podía tener esa mujer al trabajar con parejas como ellos, pero confiaba en que pudiera darles ideas sobre lo que más les convenía.
—Mira eso Jaekyung— un emocionado Kim Dan que dejo de cabecear en el auto se incorporó para tener una mejor vista de la calle por la que iban, lució emocionado y sonrió de manera natural.
Un gesto que, en lo personal, comenzaba a parecerle tan dulce, eso sin mencionar que se estaba especializando en diferenciar entre la sonrisa falsa y genuina de Dan. En definitiva, esta era genuina.
—¿Qué?
—Es el restaurante de Kimchi al que veníamos con mi abuela ¿Lo recuerdas? — ah, que buenos tiempos, que buen recuerdo se le vino a la mente. Ese de aquel día en que Dan y su abuela lo invitaron a probar comida en ese lugar, todo ahí parecía tener buen sabor y mientras la abuela contaba anécdotas sobre su juventud, afuera llovía haciendo de la atmosfera un momento agradable en el que su mejor amigo se emocionaba junto a él y ambos se unían para formular las mejores preguntas para conocer sobre el pasado de la abuela.
En aquellos tiempos, Dan comía mucho más que en la actualidad, tenía un extraño hábito de ofrecerle comida directamente de su cuchara y él le limpiaba la comisura de los labios notando lo distraído que se volvía cuando disfrutaba de algo que le gustaba.
De prisa aparcó en un espacio que encontraron disponible y entraron en el restaurante notando que las cosas estaban muy cambiadas pero el olor seguía siendo el mismo.
Ambos ordenaron el mismo platillo y la mesera no tardó en llegar con su pedido.
Oh dios. Sí que olía bien, en cuanto la comida entró en su boca, supo que el sabor no había cambiado ni un poco, fue una experiencia agradable, como viajar en el tiempo e ir justo al día en que entró por primera vez.
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Decálogo (Jinx)
FanfictionEn un mundo omegaverse donde todos son libres de actuar como mejor les plazca, a excepción de que el destino tenga otro plan entre las manos. Kim Dan acepta una propuesta de matrimonio, dos personas que se acercan entre confusiones y palabras no dic...