Especial 1 (Resubido)

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Estaba tan nervioso como aquel día que los bañó por primera vez siendo unos pequeños bebés que podían caberle en la mitad del brazo. No tenía ganas de irse de la puerta de esa escuela y luego de darles un beso en la mejilla para desearles buena suerte quería echarse a correr detrás de ellos para asegurarse que las aulas eran seguras.

Parecía mamá primeriza, lo cual era gracioso porque los niños estaban por cumplir 6 años y estaban listos para ir a la primaria.

Luego de 6 años hubo sucesos específicos que dieron soporte a su felicidad: Se confirmó que él y Jaekyung eran compañeros destinados, juntos tuvieron dos hijos preciosos, él dejó el trabajo y se dedicó de lleno al cuidado de su familia, lo cual fue una experiencia nueva y emocionante. Jaekyung se convirtió en el dueño del hotel que su padre puso en sus manos y demostró ser un hombre que había madurado, cerrando bocas por todas partes y se mudaron a una casa más acogedora, una que él pudo elegir a su propio gusto pensando que se sería el sitio en el que crecerían sus hijos.

Todo iba bien hasta ahora, hasta ese momento en el que sus pequeños bebés parecían ser independientes y mostraban más interés por sus amiguitos que por darle un abrazo.

—Oye— Jaekyung le hizo salir de sus pensamientos tomando su mano y sonriendo para él-. Estarán bien, deberíamos irnos ya.

—¿Las aulas serán seguras? ¿Cuántos niños habrá en cada grupo?

—Es mejor si ellos te lo cuentan, una vez que lleguen a casa no pararan de hablar sobre la nueva escuela.

—¿De verdad lo crees?

—Estoy seguro de eso- sintiéndose aliviado, caminó con su esposo hasta el auto.

Juntos tenían ese hábito de llevar a los niños a la escuela, después Jaekyung lo llevaba de vuelta a casa y de ahí se iba al trabajo.

Con dos niños pequeños apenas si tenían tiempo para estar juntos, a solas. Así que, con los torbellinos en la escuela, podían desayunar sólo ellos dos.

Dan estaba más nervioso de lo normal esa mañana. La primaria no era lo mismo que el preescolar, así que su temor era aceptable.

Quizá era un poco sobreprotector, pero no podía controlarse cuando se trataba de su familia. Eso y que tenía otro asunto en la cabeza, uno del que todavía no se atrevía a hablar.

—¿Qué tal si esta noche vamos al cine? — Jaekyung le coqueteó y esto hizo que evitara mirarlo para no acabar haciendo algo a esas horas de la mañana y menos en la cocina.

—Los niños toman un baño a las 8, cenan a las 8:30 y para las 9 deben estar en la cama.

—Entonces podemos dejarlos con mis papás.

—Sabes que no me gusta dar molestias, mejor dejemos la visita al cine para una salida familiar ¿Qué dices?

—Sí, me encanta la idea. Me encanta cuando salimos en familia. Pero pienso que deberíamos tener tiempo para nosotros de vez en cuando.

—No de nuevo Jaekyung, sabes que me estoy esforzando por ser mejor en eso. Sólo hay que esperar que los niños crezcan un poco más y tendremos nuestro espacio.

—Está bien— Jaekyung dejó su silla para acercarse hasta él, le tomó por el mentón e hizo que lo besara. Se sonrojó por lo inapropiado del momento porque ambos estaban desayunando y porque temía de su propia debilidad. Al no tener mucho tiempo a solas, también se complicaba su vida sexual y a veces tenía las feromonas enloquecidas y fantaseaba que lo hacía con Jaekyung en los lugares menos indicados. Tal y como le pasaba en ese momento en que había empezado a imaginar que Jaekyung lo ponía sobre la mesa acomodándose entre sus piernas para tocarlo y sacarle la ropa, luego en su visión, los platos caían al suelo y ellos podían hacer uso de la mesa en su totalidad.

Decálogo (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora