Capítulo 15

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Debido a que desconfiaba de todo lo que le pasaba en últimos días, decidió sacar cita para una revisión.

Estaba a la espera de poder hablar con la doctora que repitió la prueba de sangre en su hora del descanso así que no podía hacer otra cosa que pedirles a todos los dioses que existieran que su supuesto embarazo fuera sólo una pequeña equivocación.

—Adelante doctor Kim— le ordenó la recepcionista.

La misma doctora que le informó sobre su vínculo ya lo esperaba con una sonrisa. Esto en lugar de animarle le dio mala espina.

—Hola— saludó con los nervios hasta las nubes, pensando que podía desmayarse si hacía cualquier movimiento.

—Son positivos, no hay duda.

Incertidumbre, un montón de preguntas y cierta dosis de temor le hicieron tomar la hoja de resultados sólo para encontrar la palabra "Positivo"

Los omegas normales en situaciones así, le agradecían a la vida y sonreían porque tener un hijo era un chispazo que llegaba para encender un montón de cosas nuevas en su existencia.

Bien, pues este no era su caso. Quería viajar en el tiempo, justo a aquel día en el que Jaekyung le pidió ser parte del plan y negar todas y cada una de sus peticiones.

—¿Por qué pareces estar en shock?

—Porque no es algo que planeaba.

—Te sugiero hacerte un estudio completo. Con una ecografía podemos determinar otras cosas como tu probable fecha de inicio en la gestación, edad del producto y sus dimensiones. ¿Por qué no invitas a tu esposo?

Su esposo.

Desear su muerte era algo trillado, así que mejor se ponía a desear que las cosas salieran bien en caso de una interrupción.

¡No! ¿Por qué si quiera se planteaba eso?

Él era un médico pediatra, alguien que ayudaba a cuidar el bienestar en la vida de niños pequeños, además un hijo sería algo suyo de verdad. Alguien por quien emocionarse, alguien por quien tener deseos de seguir adelante, tal y como su abuela lo deseaba.

De pronto se echó a llorar con aquella última charla que tuvo con su abuela en mente, su deseo de conocer un hijo suyo y de partir sabiendo que nunca más estaría sólo fue lo último que hablaron.

Debido al desborde de emociones, la doctora le pasó un pañuelo y se puso de pie para reconfortarlo con palmaditas en los hombros.



Tuvo que admitir para sí mismo que no se encontraba en condiciones para seguir trabajando, sólo se le daba bien llorar y recordar el pasado. Fue así que terminó en el autobús para ir al único lugar que sentía que podría serle de ayuda en un momento como ese.

Con la mente embotada y recordando frases como: Nunca tendría hijos, arruinan la vida, si no existiera el embarazo el sexo sería más simple, debemos incrementar los cuidados para prevenir un embarazo no queremos hijos ni ahora ni nunca, se agolpaban en su mente creando una enorme roca de pensamientos negativos que aplastaban los positivos.

Llegó hasta el lugar donde se encontraban las cenizas de su abuela, puso la mano sobre las letras de su nombre y pensó en su sonrisa, en sus abrazos, en cada momento lleno de cariño y confianza que le brindó.

Pensó en ella en esa cama de hospital pidiéndole como su último deseo que fuera feliz. Inevitablemente las lágrimas inundaron sus ojos y luego rodaron por sus mejillas.

Decálogo (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora