Farsa de amor a la española

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Jamás pensamos que ibas a terminar sola, Lina. Pero nos aterraba que te convirtieras en una persona solitaria. –Alzó la vista hacia Aaron y su mirada se suavizó-. Saber que no lo eres, saber que tienes a alguien con quien contar y con quien volver a casa, y hasta quizá alguien con quien formar tu propio hogar algún día, me deja dormir un poco más tranquila.

-Puedo prometerte eso -dijo sin vacilar el hombre a mi lado. Su voz me llegó como una suave caricia e hizo que el corazón me golpeara contra el pecho, pidiendo salir con tanta fuerza como yo pedía no seguir escuchando-. Siempre me tendrá. -Su pulgar me acarició la mano-. Todavía no lo sabe, pero no le será fácil librarse de mí.

No pude no mirarlo. Después de eso, no pude no mirarlo y buscar algo en sus facciones. A estas alturas, no debería sorprenderme tanto. Aaron tenía ese poder sobre mí. Así que eso fue exactamente lo que hice.

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