Capitulo 16

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Jisung se bajó del carruaje del duque de Rivington delante de Somerset House y se giró con una sonrisa hacia su hermano, que descendió detrás de él. Al instante, ambos jóvenes se vieron rodeados por una multitud que se peleaba por participar en la visita privada a la exposición de arte que había organizado la Royal Academy, cuyas invitaciones eran las más buscadas de la temporada.

Observó cómo Jeongin se colgaba del brazo de Rivington con una mirada cariñosa y permitía que el duque lo guiara para subir los anchos escalones de mármol de Somerset House, donde habían instalado la exposición en esa ocasión. Jisung contuvo un suspiro ante la evidente adoración que se profesaban su hermano y su prometido.

—¿Milordy? —Al oír esas palabras, Jisung se volvió hacia su pareja, el barón de Oxford—. ¿Vamos? Jisung forzó una brillante sonrisa y se apoyó en el brazo que él le ofrecía.

—Por supuesto, milord. Siguieron a Jeongin y a Rivington hacia la amplia entrada de la galería. El joven no estaba dispuesto a permitir que el extraño comportamiento de Oxford arruinara aquella salida.

Aquella exposición anual, conocida como la Royal Exhibition, había sido siempre una de las actividades favoritas de Jisung, pues ofrecía la inigualable oportunidad de que los londinenses disfrutaran del trabajo de los artistas contemporáneos más cotizados del país. Jisung adoraba el arte y tenía por costumbre no perderse ninguna exposición.

—He oído que hoy podremos admirar los últimos aguafuertes de Blake, milord —le dijo mientras subían las escaleras.

—No habrá venido a ver los cuadros, ¿verdad? —exclamó Oxford con una mirada de incrédula extrañeza.

—Pues sí —respondió Jisung, confundido—. Me gusta mucho el arte, ¿a usted no?

—Disfruto de un cuadro bonito tanto como el que más —aseguró Oxford—, pero nadie asiste a una visita privada para ver las pinturas, lordy Jisung. Solo para presumir de haber conseguido una entrada. Jisung inclinó la cabeza para que el barón no lo viera poner los ojos en blanco.

—Oh, sí. Eso también es una hazaña impresionante.

—¿Ha asistido antes a una visita privada? —preguntó Oxford en tono presuntuoso. Jisung sopesó la respuesta, inseguro de sí debía responder o no con la verdad, pero no tuvo que contestar. Lo hizo Jeongin, que estaba esperando con Rivington a que Jisung y Oxford se acercaran a ellos.

—Nuestro padre fue fideicomisario de la Royal Academy, barón. Este acontecimiento anual es uno de los favoritos de Jisung.

—¿De veras? No había supuesto que usted fuera tan... intelectual. —La palabra sonó extraña en su boca.

—Oh, Jisung es todo un entendido en arte. Debería oírle hablar de la pintura del Renacimiento. —Jeongin le brindó al barón una brillante sonrisa antes de continuar—. No le importa si me llevo a mi hermano, ¿verdad? Acabo de descubrir un Pearce al que deseábamos echarle un vistazo. Dicho eso, Jeongin enlazó su brazo con el de Jisung y lo condujo al interior, guiándolo entre la multitud como si fuera su escolta. —Uf. ¡Qué hombre tan insufrible! ¿Cómo se te ha ocurrido aceptar su invitación?

—Reiteró la invitación, Jeongin. Por si no te habías fijado, no estoy en disposición de rechazar ninguna. —Hizo una pausa—. Además, no es tan malo como parece.

—Es imbécil. Y además bebe —afirmó Jeongin antes de sonreír ampliamente para devolverle el saludo al vizconde Longwell, que los saludó con un gesto de cabeza cuando los dejó pasar—. Por el amor de Dios, ¿eres capaz de vestirte de caballero para colarte en el club de esgrima de Christopher pero no de rechazar a Oxford?

Reglas que romper - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora