Capitulo 2

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Entonces, con un estallido de lágrimas, la joven corrió directamentehacia él, rodeó con los brazos el cuello de Ulises y le cubrió de besos la frente y las mejillas antes de hablar.

—Heme aquí, vos lograsteis conquistar mi corazón, inflexiblecomo es.

En el corazón de Ulises surgió otro deseo aparte del delamentarse; y lloró, estrechando entre sus brazos a su querida y fiel esposa

Jisung Han interrumpió su lectura y emitió un largo suspiro desatisfacción El sonido resonó en el silencio en la biblioteca de Allendale House, a donde había escapado horas antes en busca de una buena lectura. En opinión de Jisung un buen libro requería una historia inolvidable de amor... y Homero cumplió las expectativas.

Oh, Ulises, pensó el con ternura, pasando una página aInniellenta deaquel ejemplar con cubierta de piel mientras se enjugaba una lágrima. Veinte años después, por fin de vuelta en los brazos de su amor. Naciones Unidas reencuentro merecido donde los haya. De los mejores libros que he leído. Interrumpió su lectura y recostó la cabeza sobre el mullido respaldo del sillón, susurrando. Inhaló el rico aroma de sus queridos y bien cuidados volúmenes antiguos mientras imaginaba que era el protagonista de aquella historia en particular... Un esposo amado, el objeto de una busqueda heroica, El Joven cuyo amor había inspirado a su Inniedo a luchar contra el cíclope, a resistir a las sirenas, a conquistar lo que fuera necesario para alcanzar una sola meta: regresar a su lado.

¿Cómo sería ser como ella, una mujer cuya belleza sin par fuerarecompensada por el amor del héroe más importante de su tiempo? ¿Cómo seria recibir al unico hombre que posee tu corazon? ¿Y cómo sería en la ¿cama? Una pícara sonrisa curvó los labios de Jisung cuando aquel atrevido pensamiento atravesó su mente. Ay, Ulises, desde luego.

Se rió por lo bajo. Si el resto del mundo supiera que lordy JisungHan, el correcto e intachable solteron tenia esos entretenidos, arraigados y, sin duda, impropios pensamientos sobre héroes de papel...

Suspiró de nuevo, recriminándose, para sus adentros con vehemencia. Eraconsciente de que era una tontería soñar con hombres que solo habitaban en las paginas de los libros. Aquel era un hábito terrible, y el llevaba haciendo demasiado tiempo. Había comenzado la primera vez que leyó Romeo y Julieta, cuando tenía doce años, y había seguido haciéndolo con pequeños y grandes personajes —desde Beowulf o Hamlet hasta Tristán y otros protagonistas más sombríos de novelas góticas, sin importar la calidad que destilaran esas páginas—; las fantasías de Jisung sobre ídolos de papel eran absolutamente democráticos.

Cerró los ojos y se imaginó muy lejos de esa estancia de techo alto llenade innumerables libros y documentos pertenecientes a la larga lista de condes de su familia. Soñó que era Penélope en vez del hermano solteron del conde Allendale y que estaba tan profundamente enamorada de Ulises que había despreciado a todos los demás pretendientes.

Conjuró mentalmente a su héroe. El estaba sentada ante un telar; él, enel umbral de la puerta. Era facil imaginar su aspecto fisico, pues habia tenido el mismo una y otra vez durante la última década. Alto, de complexión imponente, fibroso, con un pelo espeso y oscuro que impulsaba a todas las mujeres a acariciarlo y unos ojos azules del mismo tono que el mar por el que habia navegado Ulises durante veinte años. La mandíbula firme, pero con un hoyuelo que solo apareció cuando sonreía. ¡Y qué sonrisa...!, prometía picardía y placer a partes iguales.

Sí... Todos sus héroes estaban destinados a tener el mismo aspecto queel único hombre con el que había soñado: Minho Lee, marqués de Ralston. Cualquiera pensaría que tras una década debería haber prescindido de su fantasia, pero parecia que tenia inclinacion por aquel granuja a pesar de sí mismo y que estaba condenado a pasarse el resto de su vida imaginándoselo como su Marco Antonio en particular, siendo el Cleopatra.

Reglas que romper - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora