Capítulo 20

5 0 0
                                    

Asher

Lo primero que vi cuando me desperté fue el techo de mi habitación en la guarida. Estaba sin camiseta y con una venda tapando la parte inferior de mi torso.

Derrepente me acordé de lo sucedido. ¿Dónde estaba Leila? Me intenté sentar pero no podía. Necesitaba verla, saber qué estaba bien.

Capte un movimiento por el rabillo del ojo y al girar la cabeza vi a Zack en la puerta de mi habitación.

--¿Asher? Estás despierto.-- Iba a hablar pero me interrumpió-- Espera, voy a avisar a tu madre, ya vuelvo -- Un par de minutos después entraron mi madre, Zack, Ian, Chay, Werner y Zenda a mi habitación. La primera en acercarse fue mi madre.

--¿Cómo estás?¿Te encuentras bien?¿Te duele?-- Eso ahora mismo no me interesaba, lo más importante era Leila.

--Bien, me duele un poco pero bien-- Respondí secamente.

--Ay, me alegro. No sabes el susto que me has dado. Casi te pierdo, hijo.--

-- Mamá, ¿Dónde está Leila?-- Todos los presentes empezaron a mirarse entre ellos ¿Que estaba pasando?
Zenda fue la primera en hablar.

-- Esperábamos que tú lo supieras-- Dijo muy seria.

--Asher, tu fuiste el último que la vio-- Dijo mi hermano. Me quedé pensando hasta que di con el recuerdo que me faltaba.

--Dadan, él se la ha llevado-- Se veían muy preocupados, no quería saber cómo me vería yo.-- Le puso una pulsera rara que le quitaba los poderes--

--¿Qué?-- respondió mi madre.-- Pensé que no quedaba ninguna por aquí, al parecer Dadan se llevó alguna cuando atacó a los chicos hace años.--

--¿Una pulsera de Lonsdaleita? Ese tío le tiene mucho miedo a Leila, si no , no se habría molestado tanto.-- Comento Werner.-- Tenemos que encontrarla antes de que sea demasiado tarde.-- Todos asintieron

--¿Cuanto tiempo llevo dormido?-- pregunté con curiosidad.

--Dos días -- Respondió mi madre.

Dos dias. Dos días llevaba Leila secuestrada. Dos días que llevaba sin el amor de mi vida.
Intenté levantarme pero mi madre me lo impidió.

--¿A donde te crees que vas?--

--A ayudar a buscar a Leila-- Dije como si fuera lo más obvio del mundo.

--Eso ni lo pienses. Tienes que descansar y recuperarte. Ya se encargarán los demás de buscarla.--

--¿Que? No. No pienso quedarme de brazos cruzados, voy a ayudar a buscarla.-- Dije.

--No Asher, tú te quedas aquí descansando-- Está vez me respondió mi hermano. ¿Estaban todos en mi contra o que?

--¿No lo entendéis? Quiero encontrarla, necesito encontrarla. --

--Escuchame Asher-- Empezo a hablar Zenda.-- Tu te vas a quedar aquí recuperandote mientras los demás la buscamos. Si te fuerzas puedes acabar desangrandote, y no es el plan. Si ni lo haces por ti hazlo por ella. Tienes que estar bien para cuando vuelva. Dejanoslo a nosotros.-- Zenda tenía razón, no quería que cuando Leila volviera yo estuviera peor o muero. Pero necesitaba ayudar a encontrarla, me sentiría como un inútil todo el día en la cama.

Al final acepte a regañadientes y se fueron enseguida de mi cuarto para empezar con la búsqueda.

Al mirar en mi mesilla vi mi móvil, lo cogí y lo desbloquee. Ahí vi que tenía más de 20 llamadas perdidas de Madison y muchos mensajes de ella. Se me había olvidado que había quedado el ayudarla pero Leila era mucho más importante, por lo que decidí ignorarla.

.................................................................

Hoy hacia una semana desde que Leila desaparecio y aún no había rastro de ella.

Los chicos hicieron dos parejas para turnarse entre ir a buscar pistas por la calle y buscar algún dato con los ordenadores. Las parejas eran Zack y Zenda, y Werner y Chay. Se tiraban todo el día y casi toda la noche buscándola, aunque siempre encontraban un rato para venir a verme.

Mi madre y mi hermano siguieron con sus responsabilidades, mamá iba todos los días a trabajar e Ian a la universidad. En sus ratos libres venían a verme.

Mi madre se había encargado de mi recuperación, la cual iba bien. Ya podía levantarme y andar pero no podía hacer movimientos bruscos y tenía que tener mucho cuidado.

Cada vez estaba más impaciente con la búsqueda de Leila. Cuanto más tiempo pasaba más posibilidades había que de estuviera muerta.

No, no pienses en eso. Leila no va a morir, no puede morir.

Intenté centrarme en la esperanza de que siguiera viva.

Ahora me encontraba de pie en la cocina comiendo algo, aunque no tuviera mucha hambre. Todo lo que hacía para cuidarme y mejorar lo hacía por ella.

En ese momento entro Chay a la cocina.

--Hola--

--Hola-- respondí.

--Yo solo quería decirte que me tienes para lo que sea. Con solo imaginarme a Zenda en la situación de Leila, me pongo enfermo. No puedo ni imaginarmelo. No sé exactamente por lo que estás pasando pero quiero que sepas que estoy para lo que necesites.-- Me dijo, hacía ya tiempo que me había contado que estaba enamorado de Zenda.

-- Gracias-- Necesitaba distraerme un poco, a si que cambie de tema-- ¿Como sabes que estoy enamorado de Leila?-- Pregunté. Me di cuenta el día que Leila desaparecio, por lo que no pude contárselo a nadie, tampoco me apetecía.

--Porque es obvio. Con solo ver cómo la mirabas. O con ver cómo estás ahora. Es más que obvio que estás enamorado hasta los huesos de ella.--

¿Tan obvio era?

Pues si, chico. Disimula un poco, anda.

-- ¿Como supiste que estabas enamorado de Zenda?--

--No lo supe, así como te diste cuenta tu. Yo llevo enamorado de ella desde que tengo conciencia. Ella siempre me gustó muchísimo y nunca pude mirar a otra chica que no fuera ella. A medida que pasaba el tiempo, mi amor por ella fue creciendo. Estoy enamorado de esa chica hasta la médula.--

Iba a preguntar algo más pero justo en ese momento entro Zack agitado a la cocina. Al parecer había venido corriendo.

--La hemos encontrado, sabemos dónde la tiene Dadan-- En ese momento senti que podía volver a respirar.

La habían encontrado

Seguí a Zack hasta el puesto de mandos, Chay venía detrás nuestra. Cuando llegamos estaba Werner delante de un ordenador y Zenda detrás de él.

--Esta en una fábrica abandonada a uno cuarenta minutos de aqui-- Nos dijo Zenda. Después de ella hablo su hermano.

--¿A que estamos esperando? Vamos a sacarla de alli--

El chico de ojos verdes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora