Capítulo 5

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- ¡Mon! - gritó Nop al ver la puerta de los vestidores entreabierta. - ¿Sigues aquí? Subí a ver cómo estabas porque estabas tardando demasiado... - Dijo apresuradamente.

Sin pensarlo dos veces, el pelinegro caminó para escanear el lugar, pero tan pronto como sostuvo la manilla de la puerta, un olor espeso de feromonas invadió por completo su nariz, lo que hizo que sus rodillas temblaran e inmediatamente se llevó las manos a la nariz.

Nop podía oler claramente el aroma innegablemente dulce de Mon, pero había algo en la habitación que era más fuerte que cualquier aroma que hubiera olido antes.

"¿Es lo que creo que es?", pensó para sí mismo.

Caminó lentamente al interior de los vestidores con precaución y un mal presentimiento haciéndose presente en su pecho. Segundos después, su respiración paró completamente y sus mejillas se pintaron de un rojo brillante.

La fuente del olor lascivo provenía del cuerpo desnudo de Mon que yacía en el frío suelo de baldosas del vestuario.

Y allí estaba Samanan Anatrakul medio desnuda, a su lado y sosteniendo su pequeño cuerpo como si no pudiera soltarla aunque de eso dependiera su vida.

Mon apenas podía abrir los ojos y cuando vio a su amigo, algo pareció encenderse y era más que obvio que de repente quería salir de allí lo antes posible pero el cansancio no le permitía moverse ni un poco.

Mucho menos liberarse de los brazos de la mujer.

No podía lograr que ni una palabra saliera de su garganta debido a que sus fuerzas estaban casi agotadas y ella, en ese momento, sentía que estaba bastante cerca de desmayarse debido a los eventos que acababan de ocurrir.

Su forma débil, la marca de mordedura en su cuerpo, los moretones que comenzaban a formarse y el estado en el que se encontraba su mejor amiga - sin contar el hecho de que una mujer casi diez años mayor que ella se encontraba a su lado - fueron suficientes para que Nop entendiera que lo necesitaba.

O eso pensó.

- ¡Mon! - gritó mientras corrió hacia donde estaban. - ¡Aléjate de ella!

- Nop... - Mon trató de llamarlo pero su débil voz salió como un suave murmullo.

Sam ni siquiera se dio cuenta de que alguien había entrado a la habitación debido a la sensación de euforia que estaba experimentando en ese momento y la sensación de tranquilidad que le producía sostener a Mon.

En un momento de desesperación y sabiendo que no podía confiar en su fuerza - por decir que la tenía -, Nop agarró a la mujer por el hombro y trató de darle un puñetazo en la cara y sorprendiéndose a sí mismo después de hacerlo, pero lo que más lo sorprendió fue el hecho de que mujer ni siquiera pareció sentir el golpe.

Ella simplemente parecía desconectada de la realidad.

Nop la empujó a un lado con todas sus fuerzas e instantáneamente dedicó toda su concentración en Mon.

- Mon, ¿estás bien? - le preguntó Nop mientras intentaba encontrar todas sus prendas de ropa. - Qué pregunta tan tonta... No te ves bien. Vamos a sacarte de aquí.

- Nop... - Mon dijo su nombre con muy poca fuerza, tratando de decir que estaba bien y que no tenía que preocuparse por ella.

No era lo que parecía.

Pero él no podía - o no quería - escucharla. El verla en tal estado sólo hacía que sintiera como si apretaran su corazón, no podía soportar ver a su mejor amiga así.

Para nadie era un secreto que Nop estaba perdidamente enamorado de Mon desde el primer momento en el que la vió.

La única persona que no parecía notar que Nop estaba loco por Mon era... Mon.

Marcada | Sam&Mon Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora