Capítulo 6

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- Mon... - Murmuró Nop molesto, mientras miraba a Mon recostada en su cama y sostenía su mano ligeramente fría.

El silencio que inundaba su apartamento solo le traía tensión. Quería ir tras la mujer que le había hecho esto, pero sabía que no era nadie contra ella.

Samanan Anantrakul era una mujer multimillonaria que provenía de una familia poderosa, propietaria de Diversity Enterprises y descendiente de la familia real.

Y él era solo un hombre cualquiera, ¿quién era él comparado con ella y toda su familia?

- Lo siento, Mon. - susurró mientras presionaba su frente contra el dorso de su mano. - No pude hacer nada para protegerte...

Apretó los dientes y con cuidado soltó la mano de Mon, dejándola caer sobre su abdomen.

- No te preocupes, no dejaré que se acerque a ti. - prometió a la joven que permanecía dormida, con sus ojos que mostraban determinación en mantenerla lejos de ella.

Aunque sabía, en el fondo de su corazón, que no podía.

*

- Agh... - Sam se estremecía en su cama, gruñendo y jadeando. - ¡Mierda!

- Señora... - Una sirvienta que sostenía una bandeja con frascos de píldoras entró a su habitación, caminando temblorosa mientras las feromonas de Sam llegaban a su nariz, haciendo que sus mejillas se pintaran de rojo.

Sam se detuvo cuando olió su excitación y sintió cómo la sirvienta la desvestía con la mirada. La mujer bajó de su cama, caminando hacia la figura temblorosa de la joven.

La sirvienta veía su esbelta figura debajo de su ropa elegante y costosa que se ajustaba perfectamente a sus curvas... era demasiado para ella.

La pobre mujer podía sentir su entrepierna palpitar y su corazón acelerarse.

Cuando Sam se acercó a ella, los brazos de la sirvienta cedieron dejando caer la bandeja al piso junto con las píldoras. Su vista estaba nublada y su aliento se volvió caliente mientras miraba cómo Sam caminaba hasta ella.

El mero olor de la alfa envolvió a la sirvienta y la convirtió en un desastre total.

Cuando los ojos de la sirvienta recorrieron su cuerpo entero hasta llegar a sus pantalones que parecían hechos a la medida - probablemente lo eran -, luciendo sus piernas trabajadas pero delicadas y su firme trasero. La joven podía sentir que su cuerpo se calentaba más que la temperatura ambiente con cada segundo que pasaba.

"Entonces, este es el efecto que tiene el celo de un alfa de su tipo" pensó la joven para sí misma, tratando de recuperarse después de sentir que su uniforme ya estaba empapado en sudor. Podía sentir sus ojos y mejillas arder de la fiebre que invadía su cuerpo.

Sin embargo, Sam fijó su mirada amenazadora en la sirvienta y en su aspecto desordenado, sintiendo el fuerte aroma a omega que emanaba de su cuerpo.

Pero Sam no se sintió atraída por ese olor en absoluto.

De hecho, se sintió enferma y asqueada por toda la situación y por la mera presencia de la joven. Ni siquiera podía soportar el sonido de su respiración acelerada.

Quería a alguien, la quería a ella más que a nadie.

La deseaba como nunca había deseado a nadie en toda su vida.

Acercándose más hasta quedar a unos pocos centímetros del rostro de la criada, la agarró por el cuello y le dio un fuerte apretón que hizo que el sirviente se ahogara.

Marcada | Sam&Mon Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora