Capítulo 9

1.8K 197 16
                                    

- ¡Porque soy el mejor del mundo! - cantó el pelinegro mientras ponía en marcha su coche, poniéndose sus gafas como de costumbre. - Y nadie es tan bueno como yo...

Después de un viaje de treinta minutos, estacionó su auto y salió mirando el edificio de apartamentos, sonriendo.

- Bueno... terminemos el trabajo.

*

Después de sobrepensar demasiado durante una hora - que se sintió como un año -, provocarse dolor de cabeza a sí misma y ya cansarse de matarse la cabeza por todo lo que estaba pasando en su vida, Mon decidió limpiar para al menos ayudar a su amigo y no ser una carga para él mientras se quedaba en su apartamento y reunía suficiente coraje para tomar una decisión.

Miró la montaña de cajas con sus pertenencias y sintió ansiedad al pensar en tener que organizarlo todo. Tenía muchas cosas que arreglar así que decidió empezar a lavar los platos.

De la nada escuchó sonar el timbre, no esperaba a nadie y Nop tampoco había mencionado nada.

Nadie sabía que ella estaba allí, o eso creían.

"No le abras la puerta a nadie... no sabemos de qué son capaces esas personas o ella.", recordaba las palabras que Nop le había dicho.

Pero, ¿sería tan malo si fuera ella?

La respuesta fue que en el fondo de su corazón, deseaba desesperadamente que fuera ella.

Sacudió la cabeza para callar su mente - la cual se había vuelto su peor enemiga en los últimos días-, volvió a poner los platos en el fregadero y corrió hacia la puerta.

Pero cuando la abrió, no la vio. En cambio, vio a un hombre alto con un traje con un cuello desabrochado que dejaba al descubierto su clavícula y enfatizaba su cuello. Su cabello tan negro como la noche y sus gafas apoyadas en el puente de su nariz.

Y su olor... era...

"¿Un delta? - pensó Mon. - No, no puede ser..."

Mon lo miró fijamente durante unos segundos hasta que se quitó las gafas.

- Sabes... es de mala educación mirar fijamente a alguien, señorita. - le sonrió con satisfacción lo que solo hizo que Mon se diera cuenta de la diferencia de altura que tenían y de lo intimidante que el hombre era.

- U-uhm... lo siento. - Murmuró Mon mientras se mordía el labio inferior de la vergüenza. - Mi nombre es Mon... Nop no está aquí en este momento, pero puedes volver en un par de horas cuando regrese del trabajo.

El aspecto de la joven atrajo muchísimo a Kirk e hizo que entendiera todo, el momento de realización hizo que soltara una carcajada.

"Ahora entiendo todo el alboroto... y por qué alguien como Sam se enamoraría de ella. - pensó él mismo. - Esa cara y ese olor."

Mon empezó a sentirse confundida e incómoda bajo la mirada del hombre.

- Lo siento, acabo de recordar algo gracioso. - aclaró Kirk extendiendo la mano para presentarse con una sonrisa en el rostro. - Soy Kirk.

- Oh, encantada de conocerte Kirk. - Dijo Mon, quién intentó sonreír pero no pudo evitar sentirse incómoda ante la presencia del hombre.

Y un poco asteada por su olor.

- Lo mismo digo, Mon. - dijo, sin romper el contacto visual. - Sabes... No mencionaron nada sobre matarte de inmediato.

El corazón de Mon se detuvo cuando escuchó las palabras del hombre, sintió el pánico creciente.

Marcada | Sam&Mon Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora